Fue antes de alcanzar la treintena cuando Quim Gutiérrez dio el salto a la fama. Tras varios papeles en ficciones televisivas, su segunda película, ‘AzulOscuroCasiNegro’ le valió en 2006 un Goya al Mejor actor revelación. Desde entonces, el catalán ha desarrollado una destacada carrera tanto en la pequeña como en la gran pantalla que le ha valido el apoyo de la crítica, acumulando un buen puñado de nominaciones y premios en estos años. También del público, convirtiéndose en un rostro conocido que, no obstante, suele mostrarse reservado respecto de su faceta personal. Descubrimos la desconocida vida familiar del actor en el campo, junto a su mujer, Paula Willems, y su hijo Bru.
La de Gutiérrez es una presencia tremendamente habitual en eventos, photocalls, estrenos y galas. También en medios de comunicación, y asimismo en redes sociales. Pero todas estas apariciones públicas, aunque sirven habitualmente para que el actor promocione sus proyectos profesionales y nos permitan conocerle mejor, guardan la máxima de proteger su privacidad y a los suyos. Son escasas las referencias que Quim ha hecho en estos años, por ejemplo, a sus relaciones sentimentales, sobre las que la crónica social ha especulado a menudo.
En 2016, el protagonista de títulos como ‘La gran familia española’, ‘Anacleto: agente secreto’, ‘El vecino’ o ‘El cuerpo en llamas’, por la que está nominado a los Premios Feroz 2024, comenzó una relación con la modelo granadina Paula Willems, aunque esto no trascendería hasta tiempo después. Poco a poco, la pareja ha acabado dando algo más de visibilidad a su vida privada, mostrándose en redes puntualmente. En 2021, dieron a luz a su por ahora único hijo, Bru. En 2020, él le pidió matrimonio. Y este pasado septiembre, meses después de su discreta boda, llegó la celebración, de la que sí presumieron en Instagram.
Pero su vida familiar sigue siendo una desconocida, en gran medida. Un dato del que Quim ha hablado en varias entrevistas es que la pareja y su hijo viven retirados en el campo desde hace tiempo. Así, en una entrevista para Vanity Fair en 2022, reconocía que no fue una decisión que tomaron necesariamente en busca de una mayor privacidad. La pareja vivió durante un tiempo en Madrid, una época que disfrutaron "a tope", pero, con el tiempo, se interesaron por una buscar una segunda residencia, que se ha acabado convirtiendo en la primera. "Ambos escuchábamos la llamada de los pájaros", reflexionaba entonces.
En el ambiente rural, al que tanto él como Willems estaban muy expuestos durante su infancia, han ganado efectivamente en aislamiento, pero una cosa que le gusta destacar al intérprete es que en su pueblo no le conoce mucha gente, lo que le ha permitido redescubrir "lo que es caerle bien o mal a alguien por ti mismo y no por el hecho de que sepan quién eres", algo que considera "reconfortante y novedoso". Aunque no ha dado muchos detalles sobre esta realidad campestre, algunas de las imágenes de los perfiles de Instagram de la pareja dan algunas pistas. Como anécdota, ha reconocido, por ejemplo, que no le despierta un gallo pero sí tiene un burro cerca.