¿Por qué sacamos los pies de la cama al dormir? La ciencia lo explica

Cada cual tiene unas costumbres para dormir y sacar los pies de la cama es una de las más comunes. Puede que te guste dormir con más o menos luz, con un tipo de almohada u otro, pero posiblemente te hayas descubierto más de una noche dejando que uno de tus pies se escape del abrigo de las sábanas y el edredón. Se trata de algo más importante para nuestro organismo que un simple hábito para conciliar el sueño, y la ciencia tiene la explicación

¿Por qué sacamos los pies de la cama?

Sacamos los pies de la cama a la hora de dormir para regular nuestra temperatura corporal y permitir que alcance la que necesita para descansar y conciliar el sueño. Nuestro cuerpo funciona como una máquina que ha estado todo el día en funcionamiento y, aunque no lo apreciemos, se ha sobrecalentado ligeramente. Para reponerse del esfuerzo realizado es necesario que se libere del exceso de calor, algo que se consigue principalmente a través de las extremidades del cuerpo.

Cuando vamos a la cama, lo más común es que cubramos todo el cuerpo con sábanas, mantas, edredones… excepto en las épocas de más calor. Al hacerlo, el cuerpo recibe más calor, por lo que necesita una vía de escape para regular su temperatura. Y, efectivamente, un pie fuera de toda cobertura es perfecto para conseguirlo. 

El uso de calcetines para dormir

Con esta información, parece que lo más recomendable es sacar los pies de la cama para que el cuerpo se termorregule y poder conciliar el sueño. Sin embargo, estudios recientes apuntan a que también se puede conseguir esta termorregulación utilizando calcetines para dormir, llevándolos puestos durante toda la noche. 

Al parecer, si los pies conservan un calor constante, disminuye la temperatura corporal y se consigue conciliar el sueño con mayor rapidez, mejorando la calidad del mismo. Este calor que proporcionan los calcetines incita al descanso y ayuda a que el cuerpo se mantenga relajado durante toda la noche. 

La temperatura del dormitorio 

Además de tener esta información en cuenta a la hora de ir a dormir, no hay que olvidar lo importante que es conseguir una buena temperatura en el dormitorio, sin frío ni calor excesivos. A ser posible, esa temperatura, además, debe de ser constante y la habitación debe estar correctamente ventilada.

Si quieres favorecer aún más la posibilidad de tener un descanso reparador, ya que es esencial para la salud, utiliza pijamas y sábanas de tejidos transpirables, como el algodón, cena dos horas antes de ir a la cama y, en ese tiempo, evita los dispositivos de luz azul, como el móvil o el ordenador.