Un estudio encuentra arsénico, plomo y otras sustancias tóxicas en tampones menstruales

Según un estudio publicado en 2019 más de la mitad de las mujeres menstruantes (55%) usan tampones como producto de higiene durante el periodo -¿qué dice el color de tu sangrado?-, un método que resulta eficaz y muy cómodo. Sin embargo no hay que obviar que a este producto está asociado el Síndrome del Shock Tóxico, una enfermedad poco frecuente pero grave que el propio producto indica en su envase (se produce cuando el Staphylococcus aureus infecta un tejido). Ahora, un nuevo estudio revela potenciales riesgos asociados a los tampones.

Una investigación de la Universidad de California, en Estados Unidos, dirigida por la doctora Jenni Shearston ha encontrado algunos metales como arsénico, plomo y otros metales tóxicos en varias marcas de este productos de higiene menstrual que se venden tanto en Estados Unidos como en algunos países de Europa. Los investigadores apuntan que son necesarios más estudios para determinar con firmeza si estos pueden filtrarse al organismo, algo que sería muy preocupante porque la mucosa vaginal es muy permeable y seria mucho más sencilla la filtración que si se tratara de otra parte del cuerpo.

A pesar de que son datos que hay que tomar con las precauciones pertinentes, por la advertencia hecha por los propios investigadores, el informe arroja resultados preocupantes, sobre todo por la amplitud con la que se ha desarrollado el estudio ya que se han tenido en cuenta 18 líneas de producto de 14 marcas diferentes y han hallado "concentraciones de varios metales tóxicos", según el informe publicado en Environment International.

El propósito de este estudio era buscar específicamente arsénico, bario, calcio, cadmio, cobalto, cromo, cobre, hierro, manganeso, mercurio, níquel, plomo, selenio, estroncio, vanadio y zinc y los encontró todos en "concentraciones medibles".

"Los resultados sobre los niveles de metal variaban en función de si los tampones se vendían en EE.UU., Reino Unido o la UE, de si eran ecológicos o no y de si eran de marca o de supermercado", explican los investigadores. Y especifican que los orgánicos tenían más concentración de arsénico, mientras que los no orgánicos contenían más plomo. También subrayan que ninguno de los tampones tuvo una concentración baja de metales y que su exposición a ellos no es "segura". Estas son las únicas puntualizaciones de las condiciones publicadas del estudio, puesto que no concreta las marcas comerciales que se han estudiado.

Cómo llegan los metales a los tampones

Uno de los puntos más llamativos del estudio es las vías que contempla para que estos metales lleguen a los tampones. Según se explica pueden aparecer por puede ser a través de procesos agrícolas o de fabricación. Es decir, por el contacto del algodón con con el agua, el aire o la tierra contaminados, pero también, los fabricantes podrían añadirlos como parte del proceso de fabricación, según cuentan. En cualquier caso, si decides usar este método, hazlo de forma correcta para minimizar riesgos.

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