Barbacoas: pautas desconocidas que hay que seguir para potenciar sus beneficios nutricionales
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El verano es la época perfecta para disfrutar de comidas al aire libre, y las barbacoas se han convertido en una tradición esencial en todo el país. Para que estos planes sean tan saludables como divertidos, es fundamental tomar decisiones saludables para que nos siente mejor lo que vamos a comer.
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¿Sabías que cocinar carne es una tradición que data de hace al menos 250.000 años? Este antiguo método no solo facilita la digestión al descomponer fibras y tejidos conectivos, sino que también elimina bacterias peligrosas como Salmonella y E. coli. Sin embargo, cuando se cocina a altas temperaturas durante largos períodos, la carne puede perder parte de su capacidad antioxidante y producir compuestos potencialmente dañinos, como aminas heterocíclicas (HCAs) y hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs). Para disfrutar de una barbacoa que sea tanto segura como nutritiva, es crucial optar por métodos de cocción que minimicen estos efectos y asegurar una adecuada manipulación de los alimentos.
Las barbacoas son una tradición querida en muchas culturas por su versatilidad y el ambiente festivo que crean, ya sea en reuniones familiares o celebraciones al aire libre. Ofrecen la oportunidad de cocinar una amplia variedad de alimentos, desde carnes hasta verduras frescas y frutas dulces. Aunque son una fuente de diversión y sabor, es crucial equilibrar los alimentos que se cocinan y aplicar medidas de seguridad alimentaria. Existen prácticas de cocción que son más saludables que otras, por lo que seguir pautas de salud y seguridad puede potenciar los beneficios nutricionales de la barbacoa y minimizar los riesgos asociados con el consumo de alimentos a la parrilla.
12 consejos para una barbacoa saludable
1. Limpia la parrilla: Antes de comenzar, asegúrate de limpiar bien la parrilla con un cepillo de alambre y luego pasa un paño para eliminar cualquier cerda suelta que pueda transferirse a la comida.
2. Evita los alimentos quemados: Sigue la recomendación del informe del Fondo Mundial para la Investigación del Cáncer de evitar el consumo frecuente de alimentos quemados o carbonizados, ya que esto puede estar asociado con ciertos tipos de cáncer.
3. Usa papel de aluminio: Forra la parrilla con papel de aluminio perforado para minimizar el contacto directo con las llamas y reducir la formación de compuestos nocivos.
4. Cocina a temperaturas más bajas: No cocines los alimentos por más tiempo del necesario. La sobrecocción puede aumentar la formación de compuestos dañinos y reducir los nutrientes. Cocina los alimentos a temperaturas más bajas y por períodos más largos para reducir la formación de aminas heterocíclicas (HCAs) y hidrocarburos aromáticos policíclicos (PAHs).
5. Marina la carne: Marinar la carne antes de cocinarla puede reducir la formación de compuestos potencialmente dañinos para la salud. Opta por marinadas bajas en sal y con ingredientes como vinagre o jugo de limón.
6. Incluye más verduras y frutas: Dale a los vegetales y frutas un papel principal en tu parrilla. Asar a la parrilla intensifica los sabores naturales de estos alimentos, haciéndolos tan atractivos como la carne. Las brochetas que combinan carne con cebolla, pimiento y otras verduras, o incluso con frutas como piña y mango, no solo son deliciosas sino que también aumentan la ingesta de nutrientes. Para una opción vegetariana deliciosa, prueba con chuletas de berenjena asada con tomate o sándwiches de "filete" de hongos portobello.
7. Evita la carne congelada: Descongela la carne antes de cocinarla para reducir el tiempo de cocción y la formación de compuestos nocivos.
8. Utiliza termómetros de alimentos: Usa un termómetro para verificar que la carne, el pollo y el pescado alcancen las temperaturas internas adecuadas para garantizar que estén cocidos de manera segura.
9. Mantén separados alimentos crudos y cocidos: Usa platos y utensilios diferentes para manejar alimentos crudos y cocidos para evitar la contaminación cruzada.
10. Prueba alternativas saludables a la carne: En lugar de recurrir siempre a hamburguesas y filetes tradicionales, considera opciones más saludables como pescados grasos ricos en omega-3, pechugas de pollo sin piel o incluso alternativas vegetarianas como tofu o tempeh. Estos no solo son más bajos en grasas saturadas, sino que también reducen la formación de HCAs y PAHs en comparación con las carnes rojas.
11. Antioxidantes. Para contrarrestar el exceso de sal, grasas y carne en una barbacoa, considera incorporar alimentos ricos en antioxidantes y elegir postres saludables. Los antioxidantes ayudan a neutralizar los radicales libres generados por el consumo de grasas y carnes procesadas. Frutas y verduras frescas como bayas, espinacas y brócoli son excelentes opciones para incluir en la parrillada o como guarnición.
12. Postres saludables. Para el postre, opta por opciones ligeras y nutritivas, como brochetas de frutas a la parrilla o ensaladas de frutas frescas. Estos postres no solo aportan una dosis adicional de antioxidantes, sino que también ofrecen un toque dulce sin excesos calóricos ni azúcares añadidos.
Las barbacoas de verano son una forma maravillosa de disfrutar de la compañía de amigos y familiares, y de deleitarse con comidas al aire libre. Siguiendo estos consejos, puedes asegurarte de que tu próxima parrillada sea no solo deliciosa, sino también saludable y segura. Recuerda siempre comenzar con una parrilla limpia, controlar el humo y las llamas, marinar adecuadamente, equilibrar las carnes con vegetales y frutas, y seguir prácticas seguras de manejo de alimentos. ¡Así podrás disfrutar de todos los sabores del verano sin preocupaciones!
Se trata solo de aplicar unas pautas saludables sin demonizar ningún alimento y siempre permitiendo el consumo de cualquiera de ellos en ocasiones puntuales. Afortunadamente las estrictas dietas que trasciende de parte de muchos personajes famosos ya se han demostrado que no son saludables y cada vez son menos comunes entre la población.