Si has pasado largas horas sentada frente al ordenador, tal vez hayas experimentado esa sensación incómoda de rigidez en la zona lumbar o en las piernas. No estás sola: el llamado ‘síndrome del trasero muerto’ o síndrome 'del culo de oficinista' es un problema cada vez más común en personas con trabajos de oficina o quienes pasan mucho tiempo sentadas. Este síndrome es una condición que se produce cuando los músculos de los glúteos se debilitan y se vuelven inactivos debido a la falta de movimiento prolongado. En palabras simples, los glúteos "se duermen" y dejan de participar activamente en la postura y el movimiento, lo cual puede desencadenar problemas posturales y dolores en la espalda, cadera y piernas.
Pero, ¿qué es exactamente? En Divinity hemos hablado con Verónica Zara, quiromasajista y acupuntora, para conocer más en profundidad esta afección que afecta a un alto porcentaje de la población.
Verónica cuenta que se produce cuando la zona del glúteo sufre una 'tendinopatía'. Que en otras palabras, significa que habrá inflamación, dolor… además de que los propios músculos de la zona, se olvidan de hacer su función. “El problema radica en que, al pasar muchas horas sentadas, nuestros músculos dejan de trabajar como deberían. Los glúteos, en particular, tienen un rol fundamental en la estabilidad del tronco y el equilibrio del cuerpo. Sin embargo, al estar sentadas durante tanto tiempo, los músculos de esta zona se van ‘apagando’, disminuyendo su capacidad de respuesta. Este fenómeno se conoce como amnesia glútea, y puede afectar la alineación corporal y causar molestias en distintas partes del cuerpo”.
La experta comenta que es especialmente frecuente en las personas que llevan un estilo de vida sedentario, fomentado por el trabajo frente al ordenador, lo sufra. Además, esta problemática se acrecienta porque normalmente no suelen hacerse pausas de descanso.
“Lo ideal sería hacer pautas cada 30 minutos, pero la realidad es que cuando le explicas esto a alguien, lo ve inviable, por lo que sí se pueden hacer estas pausas cada 60 minutos, sería de gran ayuda”, explica y añade que “a veces no somos conscientes de que simplemente con levantarnos de la silla y caminar un poco, estamos ayudando a que la zona del glúteo no sufra esos periodos de inmovilidad prolongada. Creo que lo más importante es prevenir el problema, y no tener que llegar a tratarlo... Pero eso sería una bonita ilusión”.
Zara aconseja incluir pequeños cambios en nuestra vida cotidiana que no supongan demasiado esfuerzo, pero que sean efectivos, de este modo podremos llevarlos a cabo sin problema y no desistiremos. Por ejemplo, tomar las escaleras en lugar de coger el ascensor, o intentar bajar una parada antes del autobús. “De esta manera además de movernos, estaríamos también estimulando nuestro flujo sanguíneo, lo que ayudaría también a que nuestras piernas o tobillos no se inflamen”.
Por otro lado, comparte algunos ejercicios de estiramiento en casa que nos serían de gran ayuda.
“Evitar el síndrome del trasero muerto no requiere largas sesiones en el gimnasio; se trata más bien de ser constante en la activación de los músculos durante el día. Las pausas activas, los estiramientos y los ejercicios de fortalecimiento pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar a largo plazo, concluye Verónica.
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