La verdad detrás de usar Ozempic: "Nunca debería utilizarse en quienes solo necesitan perder 5 o 10 kilos"
Este medicamento contra la diabetes se ha convertido en sinónimo de "adelgazar sin sufrimiento". Entre los inconvenientes de ‘hacerte un Ozempic’ están los efectos secundarios, que pueden ser peligrosos, y un efecto rebote que empuja a tomarlo de por vida
Hablamos con distintos expertos que nos cuentan todo lo que hay que saber sobre este tipo de tratamientos, y con dos personas que lo han tomado y nos han contado su experiencia
'Ozempic face': los efectos secundarios que deja en la cara el tratamiento para adelgazar del que todos hablan
Comenzó como un boca a boca que se convirtió en un tsunami tal, que hizo peligrar la medicación de las personas con diabetes por la demanda de gente que quería adelgazar con él. Porque, en realidad, Ozempic es un tratamiento para la diabetes que se ha convertido en el medicamento ‘anti-hambre’ estrella.
Los rápidos resultados, su eficacia y la sencillez del proceso –lo tomas y adiós al hambre– son los responsables de su rápido éxito. Pero, ojo, hay que tener cuidado con sus efectos secundarios, y si no se efectúa un plan para cambiar de hábitos, los kilos perdidos pueden volver con efecto rebote.
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Diabetes, adelgazar y hasta mejorar la fertilidad
Un estudio publicado en la Sociedad Española de Cardiología señalaba que la semaglutida supone un importante avance en el tratamiento farmacológico de la obesidad, con una una reducción del peso corporal de al menos un 5% en 68 semanas. Sin embargo, Ozempic, el fármaco de Novo Nordisk y el que más se ha popularizado, solo está indicado para la diabetes tipo 2. Para adelgazar, la compañía ha sacado Wegovy –compuesto también de semaglutida–, indicado expresamente para adelgazar.
También lo están recomendando para ayudar en la posibilidad de embarazo. “Puede ayudar a mejorar los resultados en fertilidad, ya que el sobrepeso puede alterar la ovulación y el ciclo menstrual, incrementar la tasa de abortos y promover una peor respuesta a los tratamientos de fertilidad”, señala la doctora Isabel Vielsa, de las Clínicas EVA, que puntualiza que este tipo de tratamientos deben usarse solamente con indicación médica y no se recomienda en el embarazo y la lactancia.
Las ‘celebrities’ que se hacen un Ozempic
La popularidad de Ozempic es ya tal ya que puede seguir el camino de otras marcas que se convirtieron en el genérico del producto que representaban. Como Kleenex y los pañuelos de papel, o Thermo con los recipientes para mantener las bebidas calientes o frías. Si dices que "te haces un Ozempic", sabemos que has perdido un montón de kilos en poco tiempo como las Kardashian.
Aunque, de hecho y pese a que se rumorea que Adele, Katy Perry o el resto del clan Kardashian lo han usado, solo confesaron haber usado la semaglutida para adelgazar Oprah Winfrey, Elon Musk y Kim Kardashian. La timidez del mundo celebrity para reconocer haber tomado estos medicamentos se repite entre quienes los consumen. “No quiero que me pregunten, ni que me encasillen”, dice Helena (43 años), que no da su nombre verdadero porque, asegura, “me moriría de la vergüenza”.
Cómo funciona Ozempic
“La semaglutida está revolucionando el mercado de la obesidad”, señala el doctor Alfredo Alonso Poza, jefe del Servicio de Cirugía General y del Aparato Digestivo del Hospital Universitario del Sureste de Madrid, y cirujano en el Hospital Quirón San Camilo de Madrid. “Ozempic lo consideramos una medicación muy razonable en obesidades con un índice de masa corporal entre 30 y 35, o sea un sobrepeso máximo de 20 kilos. Mientras que Wegovy estaría indicado para obesidades superiores a 40. Pero esto no está suficientemente contrastado aún”, indica Poza.
El principio activo de Ozempic y Wegovy es la semaglutida, que produce una disminución del azúcar en sangre, es decir, una hipoglucemia. Además actúa sobre el centro del hambre como un neurotransmisor, inhibiendo la necesidad de comer. El paciente no tiene hambre, por eso la ingesta de alimento es muy inferior. La diferencia entre ambos es la dosis.“En Wegovy es dos veces superior a la máxima de Ozempic. A dosis muy altas puede tener más efectos secundarios”, dice el doctor. Cristina Tejera, médica especialista en endocrinología y nutrición señala que “ha demostrado ser beneficiosa para las personas enfermedad renal diabética, protege el riñón. También para aquellos que tengan enfermedad cardiovascular, incluso insuficiencia cardíaca”.
En España la obesidad no se considera una enfermedad, lo que implica que no haya opciones farmacológicas financiadas
Saciados y sin hambre
La semaglutida imita a una hormona que nos hace sentir saciados. Además, ralentiza el vaciado del estómago. Quienes las consumen se siente llenos con porciones más pequeñas. “Es así y, si alguna vez me he intentado forzar a comer más, porque me sentía triste o nerviosa, me daban ganas de vomitar. Ni siquiera podía beber mucha agua sin sentir náuseas. Noto que mi estómago es más pequeño y así quiero que siga”, asegura Helena.
En su caso, este medicamento ha supuesto un alivio ya que se encontraba estancada en 85 kilos. “Por muchas dietas o ayuno intermitente que probaba, nada me funcionaba”, asegura. Una amiga le habló de Ozempic. “El médico me dijo que podía quedarme en el peso deseado y me animó a cambiar mis hábitos alimentarios”, cuenta.
Efectos secundarios a tener en cuenta
El doctor Poza recomienda a quienes están tomando esta medicación ”tener cuidado con las crisis de hipoglucemia, que podría producirles mareos o incluso vómitos si baja demasiado la glucosa en sangre”. Además, puede afectar a la vista y a la retinopatía, la nefropatía o la microagiopatía diabéticas.
También hay efectos secundarios. Los más frecuentes suelen ser vómitos, diarrea o pesadez de estómago, Poza advierte que las dosis superiores tienen un mayor riesgo, “por ejemplo, el de la pancreatitis. Por eso debería excluirse al paciente con piedras en la vesícula”.
La obesidad no es una enfermedad
En España, la obesidad no se considera una enfermedad, algo que, según la doctora Tejera, juega en contra de los pacientes. “Implica que no haya opciones farmacológicas financiadas”, señala la especialista, “hay tratamientos para la deshabituación tabáquica parcialmente cofinanciados. Se debería gestionar así también en obesidad”.
Aunque no llegara al 100 % “porque entendemos que es una carga económica importante para el sistema”, la médica recuerda que “las consecuencias de la obesidad suponen un impacto muy alto en los presupuestos sanitarios. Habría que reformular esto, porque va en detrimento de las personas que la tienen”.
Que los estén utilizado personas que solo quieren perder unos pocos kilos, demuestra que la gordofobia es muy elevada en nuestra sociedad
Gordofobia y médicamentos 'anti-hambre'
El éxito de los medicamentos anti-hambre va más allá de la obesidad, y quizá incluso señale una cierta gordofobia. “Estos nuevos medicamentos son importantes para las personas obesas que no pueden perder peso con actividad física y ayuda nutricional y para quienes no pueden o quieren someterse a una cirugía bariátrica”, señala Hélia Hakimi-Prévot, periodista francesa especializada en salud y autora de ‘La verdad sobre la obesidad’ (Robert Laffont).
Sin embargo, la experta considera “que los estén utilizado personas que solo quieren perder unos pocos kilos, demuestra que la gordofobia es muy elevada en nuestra sociedad”. Para ella, “Ozempic nunca debería utilizarse con fines estéticos, en quienes solo necesitan perder 5 o 10 kilos”, y tampoco Wegovy es un “tratamiento milagroso, sino a largo plazo e incluso de por vida. Y si dejas de tomarlo, ¡vuelves a ganar peso!”.
Medicación para toda la vida
Para Andrés, que pesa más de cien kilos, el tratamiento con semaglutida comenzó con esperanza. “Al principio no sentía hambre”, recuerda. En dos meses perdió casi ocho kilos. Pero el hambre volvió. “El médico empezó a aumentarme la dosis, pero dejé de perder peso y volví a las andadas”, cuenta. “Debe acompañarse de medidas dietéticas, reforzar pautas de ejercicio y en algunos casos es interesante un apoyo psicológico”, corrobora Tejera.
Andrés dejó de tomar la medicación porque no perdía peso, ni le agradaba la idea de seguir medicándose todo el tiempo. Cuando lo dejó, los kilos volvieron y quizá algunos más. “No me he querido ni pesar. Para mí no ha sido buena experiencia”, asegura. Helena por su parte ha perdido 15 kilos y asegura que “si tengo que tomarlo toda la vida, lo haré”.
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