¿Cuántas veces a lo largo del día sientes que necesitas una pausa para coger aire? Ese aire, del que solemos hablar en sentido metafórico, es muy posible que lo necesitemos en el sentido literal para mejorar nuestro bienestar físico y mental. Eso es lo que pretende el breathwork, un ejercicio de respiración consciente que consigue aliviar el estrés que acumulamos en el día a día.

Lo mejor de todo es que, si lo pones en práctica, reduces las posibilidades de llegar a tu límite mental; y si te ocurre algo que dispare tus pulsaciones, el breathwork es capaz de devolverte el ritmo pausado que tanto anhelas. Es fácil de realizar y un recurso para mantener (o recuperar) la calma con el que siempre puedes contar. Te contamos en qué consiste y animamos a que descubras por ti misma todos sus beneficios. 

A lo largo del día se supone que respiramos miles de veces (más de 20.000) y se trata de un acto que realizamos de manera involuntaria. El proceso biológico de la respiración es espontáneo y vital para nuestra supervivencia, y la propuesta del breathwork es sacarle el máximo partido para nuestro bienestar personal. Para lograrlo debemos pasar, durante un tiempo concreto al día, de una respiración inconsciente a una respiración consciente. 

Cuando estamos nerviosos, estresados o algo nos sobresalta, la respiración se altera y desajusta, algo que pasa factura a nuestra salud física y mental. Cuanto más relajada y constante sea nuestra respiración, mayor equilibro y relax tendrá nuestro organismo a nivel general. No se trata de obsesionarse con cada respiración que realices, ya que de entrada sería imposible, sino de ser consciente de qué hace que se acelere y dedicarle unos minutos al día para conectar con ella. 

El breathwork es una técnica que se centra en convertir la respiración en un acto consciente que nos permita regular el sistema nervioso de manera inconsciente. Cuando esto ocurre el estrés acumulado se reduce de manera considerable, lo que nos permite estar más relajados y enfocados en lo que tenemos que hacer en nuestro día a día. Así, además, dejamos espacio para pensar en aquello que realmente necesita nuestro cuerpo o nuestra mente y somos capaces de potenciar nuestra creatividad. 

Solo necesitas 10 minutos al día para poner en práctica este método que te ayuda a relajarte y concentrarte. Si lo haces al empezar el día, notarás los efectos durante toda la jornada. Nada más despertarte, incluso en la cama, toma conciencia de cómo el aire entra por la nariz y sale por la boca. Puedes notar, además, cómo el aire está frío al entrar y caliente al salir. Cuando seas consciente de tu respiración, puedes aumentar el control sobre ella contando 5 segundos para inspirar y otros 5 para la espiración. Empieza con un par de minutos al día y ve aumentando progresivamente hasta llegar a los diez. 

Además, puedes recurrir a esta respiración consciente siempre que lo necesites o te acuerdes. Si estás a punto de tener una conversación que te tensa o una reunión de trabajo que vaya a ser complicada, invierte unos segundos en tomar conciencia de tu respiración. Lograrás relajarte y bajar las pulsaciones. 

Practicar una respiración profunda, relajada y consciente es un hábito muy popular en la cultura oriental que ya se ha extendido a la occidental. Aunque no hay muchas conclusiones científicas al respecto, la práctica nos dice es muy útil a la hora de relajarnos y controlar el ritmo cardiorrespiratorio. Eso en sí mismo ya es un gran beneficio que se traduce en otras ventajas para la salud. 

Cuando esto ocurre, nuestro organismo es capaz de realizar de manera más eficaz procesos biológicos naturales como el descanso nocturno o el tránsito intestinal, además de propiciar la correcta reacción inmune del organismo. Por otro lado, permitirnos un tiempo para parar y solo pensar en nuestra respiración somos capaces de silenciar el ruido mental que podemos estar experimentando sin apenas darnos cuenta de ello. Con la cabeza despejada, nuestro estado de ánimo mejora y también nuestra capacidad para ser resolutivos y creativos en el día a día. 

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