Tamara Falcó: el posible impacto en su salud mental al preguntarle, insistentemente, por su maternidad

La maternidad, en muchas sociedades, se presenta como un destino natural para las mujeres. Sin embargo, para aquellas personas que desean ser madres y están enfrentando dificultades para concebir (como es el caso de Tamara Falcó), este deseo puede convertirse en una fuente de estrés y sufrimiento emocional. En medio de este proceso, una de las mayores presiones puede provenir de preguntas bienintencionadas pero dolorosas, que abordan directamente el tema de la maternidad: "¿Cuándo vas a tener hijos?", "¿Estás embarazada?", o "¿Lo estás intentando?". Este tipo de comentarios y preguntas, repetidos con frecuencia por amigos, familiares e incluso compañeros de trabajo, pueden tener un impacto profundo en la salud mental.

Y es que, cada vez que alguien hace una pregunta sobre la maternidad a una mujer que está luchando por concebir, puede desencadenar una respuesta emocional intensa. Pues, aunque no se hagan con malas intenciones, pueden generar estrés al recordar una lucha interna que tal vez la persona está tratando de manejar en privado.

Además, el estrés prolongado debido a estas situaciones no solo afecta el bienestar emocional, sino que puede empeorar las dificultades para concebir, creando un círculo vicioso de presión y ansiedad. “La presión social (a la que se han visto sometidas también otras famosas como Blanca Suárez) implícita detrás de estas preguntas también puede hacer que las mujeres sientan que están fallando en cumplir con las expectativas de la sociedad, lo que aumenta la carga emocional. Esto puede llevar a un estado de hiperalerta, donde cada encuentro social se convierte en una posible fuente de angustia”, explica a Divinity.es la psicóloga Andrea González.

Hablamos con la terapeuta para preguntarle sobre cómo hacerle frente a esta situación sin que desencadene un pico de estrés y que nuestro estado de ánimo se vea lo menos perjudicado posible. “En general, es un error preguntarle a las personas por cuestiones que atañen a su intimidad o que están relacionadas con la salud. Hacerlo implica invadir su privacidad y colocarlos en una situación incómoda. Con la maternidad nos hemos permitido hacer esto durante años, porque como sociedad nos parecía algo inocuo, incluso normal, preguntarle a una mujer o a una pareja que cuándo planeaban ser madres o padres”.

‘Buenas intenciones’ que resultan perjudiciales

Lejos de ser inofensivo, cuenta que este tipo de comentarios pueden generar un tremendo malestar en las mujeres por varias razones que detalla. “Por un lado, puede ser que simplemente, no deseen ser madres. Y decir esto en voz alta puede resultar en ocasiones incómodo, porque te expones a que el interrogatorio continuo. Estás yendo en contra de lo socialmente esperable para las mujeres, así que prepárate para que la sociedad te lo cuestione. En sesión incluso llegamos a trabajar con algunas pacientes qué pueden contestar en este tipo de situaciones en las que se sienten tan cuestionadas”.

Pero por otro lado, hay que pensar también puede ser que sí quieran serlo, apunta Andrea. “Si simplemente sienten que aún no ha llegado el momento, la sensación más habitual es la de hartazgo por tener que estar respondiendo continuamente a esas preguntas. Pero si lo están intentando y están teniendo problemas para conseguirlo, estas preguntas pueden acabar convirtiéndose en una auténtica pesadilla”.

Hace además una interesante reflexión. Y es que, las mujeres que quieren ser madres, pero no lo consiguen, pueden llegar a sentir ansiedad en ciertos escenarios. Por ejemplo, en las comidas familiares o con amigos, en las que suele aparecer la típica pregunta. “Sienten auténtico pavor a que se les pregunte por ese tema que, en realidad, les está generando tanto dolor. Puede aparecer también la frustración, porque preguntarles por la maternidad no hace más que recordarles que todavía no lo ha conseguido. Cada pregunta de ese estilo es un breve recordatorio de que, efectivamente, aún no son madres. En algunos casos puede aparecer también la vergüenza. Porque sí, aunque objetivamente sabemos que los problemas de infertilidad no son ‘culpa’ de quienes los padecen, algunas personas pueden llegar a avergonzarse por no ser capaces de tener hijos”, concluye.

Puede aparecer la frustración, porque preguntarles por la maternidad no hace más que recordarles que todavía no lo ha conseguido

En definitiva, las preguntas sobre la maternidad, aunque bienintencionadas, pueden causar un impacto significativo en la salud mental de aquellas personas que están enfrentando dificultades para concebir. Así que, reconocer el dolor que pueden generar y aprender a ser más sensibles al hablar sobre este tema es crucial para crear un entorno más empático y comprensivo. Y si te sientes abrumada, no te lo pienses dos veces y opta por pedir ayuda a un profesional.

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