Si hay un personaje que acapara todas las miradas en la pequeña pantalla, ese es Montoya. Uno de los participantes de 'La isla de las tentaciones' que más juego dio en la octava edición del programa y que ahora se ha embarcado en una nueva aventura televisiva en 'Supervivientes'. Desde el momento en que se anunció su asistencia a los Cayos Cochinos, los seguidores del show y sus fans más fieles han seguido con atención todos sus movimientos en la isla. Pues, su paso por el concurso, está dando mucho que hablar desde la primera semana: desde momentos de tensión, a estrategias para sobrevivir y una gran determinación que lo han llevado a convertirse en uno de los favoritos del público.
Pero, lejos del glamour televisivo y de la intensidad de la supervivencia, Montoya tiene un vínculo especial con su pueblo natal, Utrera, un rincón con encanto en la provincia de Sevilla que ha influido profundamente en su personalidad (y su acento). Una localidad de la que presume y que, probablemente, en los próximos meses, acoja a muchos más visitantes que siguen al pie de la letra sus recomendaciones.
Y es que, siempre que tiene la oportunidad, el sevillano regresa a su pueblo para reencontrarse con su familia y amigos, recargar energías y disfrutar de la tranquilidad que le ofrece su tierra. En varias entrevistas ha mencionado también que, aunque su carrera lo lleve por diferentes caminos, Utrera siempre será "su hogar".
Ubicada en el corazón de Andalucía, Utrera está cargada de historia, tradiciones y un rico patrimonio cultural. Conocida como la cuna del flamenco, esta ciudad ha sido hogar de grandes figuras del cante jondo y conserva con orgullo su legado artístico. Pasear por sus calles es hacer un viaje en el tiempo, donde la arquitectura, la gastronomía y el folclore crean una atmósfera única.
Uno de los lugares más emblemáticos es el Santuario de Nuestra Señora de Consolación, un templo que alberga a la patrona del municipio y que ha sido un punto de peregrinación durante siglos. La Iglesia de Santa María de la Mesa es otro de los monumentos más destacados, un ejemplo de arquitectura gótica-mudéjar con una imponente torre que domina el paisaje de la ciudad. También sobresale el Castillo de Utrera, una fortificación medieval que, aunque parcialmente en ruinas, sigue siendo un testimonio de la importancia estratégica de la villa en épocas pasadas.
Otro de los monumentos de gran relevancia es la Iglesia de San Francisco, un edificio de gran belleza que data del siglo XVII y que destaca por su elegante fachada barroca y su impresionante interior.
Pero eso no es todo, además de su patrimonio religioso, las calles de Utrera son un atractivo en sí mismas. Recorrer el casco histórico permite descubrir rincones llenos de encanto, con fachadas blancas adornadas con macetas de geranios y plazas donde el ritmo pausado invita a disfrutar de la esencia andaluza.
Otro elemento fundamental de su identidad, como no podía ser menos, es su gastronomía. Entre sus especialidades destacan los famosos mostachones, unos dulces tradicionales elaborados con huevo, harina y azúcar, cuyo sabor y textura han conquistado a generaciones (además, tampoco faltan el gazpacho, el pescaíto frito y el gazpacho andaluz, clásicos que siempre son un acierto).
Más allá de su arquitectura, Utrera es conocida por su vibrante vida cultural y festiva. La Feria de Utrera. Por otro lado, su Semana Santa también es de gran relevancia, con procesiones llenas de solemnidad.
Así que, si estás pensando en escaparte a Sevilla, motivos no faltan para que des un salto a Utrera y descubrir esta joya que tiene tanto para ofrecer.
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