Fue hace un par de años cuando Marta Riumbau pensó por primera vez en congelar sus óvulos. Por entonces, la influencer (que ahora mismo tiene 34 años) no consideraba que el escenario "fuese el idóneo" para estrenarse en la maternidad. Pero claro, la presión que implica cumplir años y acercarse a la cuarentena era cada vez mayor. De ahí que decidiese recurrir a la vitrificación, un método que le ha permitido posponer el momento de tener hijos antes de que quedarse embarazada comenzase a complicarse.
¿Por qué ha decidido hacerlo? ¿Qué ha sucedido para que tenga que repetir el proceso? ¿En qué consiste exactamente? Para entenderlo, la actual pareja de Diego Matamoros ha grabado un extenso vídeo en el que responde a todas estas preguntas y que puedes ver en este IG TV:
Tras una mala experiencia en la primera clínica a la que acudió (y que provocó que tardase más de lo esperado en dar el paso), Marta se informó sobre cuál era su reserva ovárica. En esa prueba, los médicos le informaron de que la suya era "anormalmente baja" para su edad, lo que le hizo decidirse definitivamente por congelar sus óvulos "independientemente de lo que fuese a hacer en un futuro".
En aquella época, cada vez que intentaba avanzar "todo eran lloros y malas noticias". Desde "bien pequeñita", cada vez que le preguntaban a Riumbau si quería ser mamá ella siempre contestaba con la misma frase: "Voy a tener cuatro y seguiditos para que se lleven superpoco entre ellos". La realidad, sin embargo, no hizo las cosas tan fáciles, de ahí su frustración al ver que este sueño de niñez se complicaba.
La respuesta a esta anomalía en su reserva ovárica se la dieron al detectar que sufría endometriosis. Esta enfermedad invisible y sin cura que genera la aparición de tejido endometrial fuera del útero y que, además de provocar fortísimos dolores en quien la padece también produce problemas de infertilidad, hacía entendible que uno de sus ovarios no contase con ningún óvulo.
En el otro, por suerte, contaba con "cuatro o cinco óvulos" que serían aptos para este proceso. "Se necesitan de diez a doce óvulos para una inseminación, algo que normalmente se saca en una sola vez, pero en mi caso esto es imposible y se va a tener que repetir más de una vez porque yo no tengo tantos", ha explicado. Esto ha hecho que tenga que repetir este proceso "dos veces más para intentarlo una vez y es posible que no salga bien". Es una posibilidad. Pero Marta Riumbau es consciente de las opciones con las que cuenta.
Contar el largo proceso por el que ha tenido que atravesar no solo ha sido una forma de reivindicar el apoyo que está recibiendo por parte de los suyos, incluido su novio Diego Matamoros, para asimilar este camino hacia la maternidad. También lo ha hecho público para romper un tabú que hace que otras muchas mujeres callen por una presión social que debería terminar ya.