Una semana después de convertirse en madre, a Lucía Villalón le ha tocado enfrentarse al que, tal y como ha expresado en su Instagram, fue el peor día de su vida. El pequeño Diego, fruto de su relación con el futbolista Gonzalo Melero, nacía el pasado lunes con una gastrosquisis que le obligó a pasar por quirófano minutos después del parto. El hecho de que su abdomen no se hubiese cerrado correctamente durante la gestación provocó que le tuviesen que introducir los intestinos a través de dos operaciones que parecían haberse producido con éxito. Sin embargo, el reto estaba después.
Según nos contó el pasado viernes, la principal preocupación tanto de la periodista como de su equipo médico era lograr que el niño respirase por sí solo. Pero cuando ese mismo día le extubaron, la cosa "no salió bien". "Tenía un edema en la glotis y no podía respirar, se ahogaba", ha contado. Aunque en aquel momento le explicaron que este tipo de situaciones "suceden muchas veces" en una UCI de neonatos, la preocupación seguía estando ahí.
La solución fue volver a intubarle y darle corticoides para bajar la inflamación. "Una piedra en el camino que, yo como madre, no voy a olvidar jamás. Por primera vez sentí miedo de perder a mi hijo, y no hay nada más espantoso que eso", ha manifestado con honestidad.
La intención de Lucía Villalón al contar esto no solo es mostrar su agradecimiento por el apoyo masivo que están recibiendo tanto ella como Gonzalo Melero en esta etapa tan difícil de afrontar. "Os cuento esto porque las cosas no salen como uno quiere. Todo iba increíble después de la segunda operación de la tripita y estábamos muy animados, pero siempre puede haber contratiempos, riesgos y sustos horribles", ha defendido.
Ahora, manteniendo esa fortaleza que se obligaron a desarrollar cuando supieron que el nacimiento de su hijo no sería fácil, la periodista y el jugador de fútbol siguen "luchando, aprendiendo" y focalizándose en el siguiente reto: "Poder comer leche materna por la sondita y que el intestino empiece a tolerarla".
"Sigo contestando mensajes cuando puedo, pero como os podréis imaginar estoy desbordada", ha explicado. Eso sí, aunque no pueda responder uno a uno a los miles de usuarios anónimos que se han conmovido con su testimonio, Villalón sí que ha querido pedirles algo: "Vosotros, por favor, seguid rezando mucho por nosotros".