Aunque los niños y bebés pueden constiparse en cualquier momento del año, lo cierto es que en está época son más propensos. La fiebre, los mocos y la tos son habituales, y para tratar estos síntomas es imprescindible seguir los consejos del pediatra. Pero hay remedios caseros para calmar la tos de los bebés que pueden ser de gran ayuda cuando esta les resulta muy molesta.
Antes de nada, hay que valorar el tipo de tos que tiene nuestro hijo, porque lo cierto es que la tos cumple con una función cuando hay un catarro, que es facilitar la expulsión de mucosidades y facilitar la curación. En ese caso lo mejor es dejar que la tos siga su curso, y ayudar al proceso manteniendo al bebé bien hidratado. Pero cuando se trata de una tos seca y sin flemas, la típica que no deja dormir al bebé y que es molesta sin más, no está de más que intentemos alguno de estos remedios. La finalidad es que la tos sea más suave o se calme, y que si hay que expulsar mocos, ayude a que esto ocurra.
No se trata de hacerle beber a todas horas, pero es esencial que se mantenga hidratado en unos niveles adecuados para su edad. Tomar líquidos calmará las molestias que la tos provoque en su garganta y le facilitará la expulsión de mucosidades. Dependiendo de los meses que tenga puedes darle el pecho, leche de fórmula, caldos, zumitos caseros, agua…
Antes de nada, es muy importante que sepas que los bebés menores de un año no pueden tomar miel. Esta contiene una bacteria que puede resultar peligrosa para ellos y causarles botulismo. Si tu bebé tiene más de 12 meses puede tomarla sin problemas, por lo que puedes probar a añadir una cucharadita disuelta en un poco de leche caliente. Aliviará su garganta y calmará la tos.
Cuando se trata de una tos seca o de mucosidades que no se expulsan, se recomienda el uso de humidificadores que mejoran el aire de la habitación, evitando que se reseque y empeore la tos. Para que su uso tenga efectos positivos, no es necesario que lo uses durante mucho tiempo, ya que podría provocar humedades en las paredes o muebles. Límpialo a diario, antes de cada uso, para evitar el moho y las bacterias. Hay que tener en cuenta que su uso no se recomienda si el bebé padece asma o bronquitis.
Las limpiezas nasales con suero fisiológico son muy eficaces, al igual que absorber la mucosidad con un aspirador nasal para bebés. Es importante que los mocos se movilicen y expulsen, porque contienen las bacterias que alargan la infección, el malestar y la tos del bebé.
Seguro que te suena, porque es uno de los remedios naturales para la tos más antiguos, aunque no se pueda demostrar su eficacia. Pero quienes lo han probado y están convencidos de poder para calmar la tos son grandes defensores de poner una cebolla partida por la mitad en la habitación, cerca de la cama. Si quieres probarlo, podría darte buenos resultados y ayudar a que el bebé duerma mejor.