No cabía duda de que Cristina Pedroche, que guste o no siempre se ha caracterizado por su espontaneidad, nos iba a narrar su primer embarazo tal cual, sin edulcorar. Las primeras semanas no fueron fáciles: el hecho de que la noticia se filtrase antes de que ella o Dabiz Muñoz anunciasen que iban a ser padres les hizo estar a punto de blindar todo lo que tuviese que ver con este proceso, para ellos "el más íntimo y personal" que han abordado hasta la fecha. Sin embargo, con el paso de los meses, el apoyo de las redes ha pesado más que las críticas y la presentadora se ha animado a narrarnos casi a diario este tsunami físico y emocional que está suponiendo su camino hacia la maternidad.
Hace poco más de una semana, le mismo día que nos confirmó que lo que está esperando es una niña, la de Vallecas hizo su primera gran catarsis premamá al poner por escrito todos sus miedos, inseguridades, ilusiones y deseos hacia lo que está por venir. Un mejunje de incertidumbres a los que se suman, obligadamente, los pequeños contratiempos físicos que le está provocando su estado.
Cuando acababa de superar el (normalmente) complicado primer trimestre de gestación, Cristina ya nos advirtió que no estaba adaptándose del todo bien. "¿Cómo puedo estar todo el día tan cansada? ¿Cómo puedo tener todo el rato sueño pero dormir fatal?", se preguntaba a mediados del mes de noviembre a través de sus stories.
Ya por entonces, la Pedroche parecía agarrarse a los consejos que le daban otras madres ya experimentadas. "Todo el mundo me dice que ahora viene la mejor parte y que volveré a sentirme yo, pero de momento no", apuntó con franqueza. Y ahora, cuando han pasado casi dos meses de aquello y ya ha sobrepasado el ecuador de su embarazo, ver que sigue igual ha incrementado su sensación de hartazgo.
"Decían que lo peor es el primer trimestre, luego ya no tendrás sueño, ni hambre ni nada... Que luego vuelve la energía...", enumeraba, ya con cierta sorna, hace apenas unas horas. Una forma de dejar claro que nada de eso se ha cumplido y que, aunque continúa tratando de sobrellevarlo con paciencia, maldice a todos aquellos que le prometieron cosas que nunca han llegado a cumplirse.
Quienes la siguen en Instagram, de hecho, habrán podido comprobar cómo no hay noche en la que la colaboradora de televisión no pida 'auxilio', siempre con humor, a "marido", como llama cariñosamente a Dabiz Muñoz. Entre el hambre con el que llega a casa a la hora de cenar y lo exhausta que termina las grabaciones y compromisos profesionales, sus stories de final del día siempre son una prueba de la falta de energía que le está provocando esto de prepararse para ser mamá. ¡Mucho ánimo, que ya queda menos!
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