¿Por qué mi hijo tiene rabietas? Así podrás calmarlo y saber qué le sucede

Para desesperación de los padres, parece que es imposible evitar la etapa en la que los niños tienen rabietas con frecuencia. La buena noticia es que solo es eso, una etapa, y que ver a tu hijo tener un berrinche sin venir a cuento no significa que no lo estés haciendo bien, sino que es una fase por la que debe pasar. Ahora bien, saber por qué tienen rabietas los niños es de gran ayuda para calmarlos y no perder la paciencia, algo imprescindible cuando se trata de educar y criar a nuestros hijos. 

¿Por qué tienen rabietas los niños?

Entre los 18 meses y los 3 años de edad, los berrinches parecen sucederse a diario, con una etapa muy intensa cuando tienen 2 años. En realidad, las rabietas pueden darse en cualquier momento, tanto en niños grandes como pequeños, pero es cierto que en esa franja de edad son más intensas, y lo habitual es que desaparezcan, como mucho, a los 5 o 6 años. Uno de los principales motivos de desesperación de los padres es no saber qué ha provocado la rabieta ya que,  aunque por lo general dura poco, les dificulta saber cómo actuar. 

No hay una única razón para que se produzcan las rabietas, pero sí se pueden acotar bastante las causas que las desencadenan. En la franja de edad que hemos señalado, los niños experimentan por primera vez el deseo de tener independencia, al tiempo que son extremadamente dependientes de sus padres. Esto supone un choque con la realidad que les frustra y enfada. Empiezan a detectar que se les imponen límites y se ejerce un control sobre ellos, cuando en realidad son ellos los que sienten el deseo de tener el control de todo. 

Y, por supuesto, hay muchas cosas que les asustan o les causan temor y que se escapan a nuestra percepción, lo que hace que de repente nos encontremos con un berrinche porque algo les ha asustado pero no sabemos qué es. Te contamos con más detalle qué puede provocar una rabieta en tu hijo para que puedas saber cómo actuar

Llamar tu atención

Esto es lo más habitual y no tiene nada de raro. Tu hijo necesita ser el centro de tu universo, y cuando cree que no le prestas la suficiente atención, la forma más inmediata que tiene de reclamarte es teniendo una rabieta. 

Afán de independencia

A esta categoría pertenecen el otro gran grupo de rabietas que tienen los niños. En su afán por sentirse independientes van a querer hacer cosas por sí mismos, que muchas veces no van a ser capaces de llevar a cabo. Rechazan tu ayuda, pero al ver que no lo consiguen aparece la frustración y con ella, inevitablemente, la rabieta. 

No poder expresarse

Llega un momento en el que el niño es consciente de sus limitaciones en el lenguaje y la forma de expresarse, lo que implica que en muchas ocasiones, no sea capaz de comunicar sus necesidades. Entonces, de nuevo, aparece la frustración y su correspondiente rabieta. 

Quiere algo y lo quiere ya

La paciencia no es el punto fuerte de los niños, sobre todo cuando son pequeños. Si no consiguen algo que quieren de manea inmediata no consiguen entender que hay que esperar, que no es el momento adecuado o que, sencillamente, quieren algo imposible. Tu paciencia para explicarle que algo que quiere no puede tenerlo en ese momento (o en ningún otro) va a ser clave para que este tipo de rabietas sean cada vez menores.

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