Los seguidores fieles de Tamara Gorro han sido conscientes de su lucha por formar una familia. Años después de su boda con Ezequiel Garay, la influencer comenzó un proceso de gestación subrogada para traer al mundo a Shaila, su primera hija en común con el futbolista. Los ataques que recibió a través de las redes sociales y el proceso que tuvo que llevar a cabo en Estados Unidos le hicieron emprender una campaña a favor de este método de reproducción asistida, pero la influencer explicó que dejó de hacerlo porque se seguía "fomentando el odio". Sin embargo, el sonado caso de Ana Obregón, que ha sido madre de una niña a los 68 años, ha hecho que la empresaria recuerde de nuevo cómo vivió su proceso.
Ana Obregón, igual que Tamara Gorro, ha sido madre de una niña a través de gestación subrogada. Las diferencias entre los dos casos son evidentes (la edad es la principal), pero el revuelo mediático que ha provocado el caso de la actriz ha llevado a Tamara a revivir cosas que le siguen "doliendo mucho". "Me pongo mucho en el lugar de las mujeres porque se pasa tan mal... Una por gusto no recurre a eso, de verdad", ha explicado la influencer en una charla con Sonsoles Ónega.
"No quiero que a mi hija le digan que fue una niña comprada". Eso es lo que más ha repetido Tamara Gorro a raíz del debate que se está generando por la polémica de Ana Obregón. La influencer lleva más de siete años luchando contra todos aquellos que argumentan que utilizar la gestación subrogada es "comprar un niño". "Mi hija lo sabe todo y te lo cuenta, lo irá entendiendo", ha asegurado la ex de Ezequiel Garay.
¿Pero cómo explica Shaila, con siete años, el proceso de gestación subrogada? La menor, que tiene un hermano que nació a través de reproducción asistida, dice que ella "estuvo en la tripa de la amiguita de mamá porque ella estaba malita". Unos años más tarde "se puso buena" y tuvo a Antonio, el segundo hijo en común de la pareja.
La influencer ha explicado que ella y la persona gestante se eligieron "mutuamente" después de que Tamara contactase con la agencia. "A ella le pasan un informe tuyo y a la inversa. Nos conocimos a través de una videollamada porque ella estaba en Utah. Nos conocemos, nos aceptamos y comienza el proceso. El proceso judicial arranca en el minuto 1 en el que da positivo el embarazo. El juez, en todo momento, está pendiente de que se cumpla todo por ambas partes", ha contado.
Tamara ha querido destacar que no hubo una "compensación económica" en su caso y que lo que ella pagó son "los gastos del embarazo. "Yo a ella no la contrato. La agencia y yo hacemos un contrato, que eso va ante un juez y eso empieza a desarrollarse con naturalidad. Yo me fui de compras con mi gestante. Se va cumpliendo todos los procesos que se tienen que llevar a cabo", ha recordado.
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