Sara Carbonero e Iker Casillas tuvieron durante su matrimonio dos hijos en común: Martín, que tiene nueve años, y Lucas, que tiene seis. A pesar de su separación, una noticia que anunciaron en marzo de 2020, la periodista y el deportista han seguido unidos por el bienestar de los dos menores que tienen en común. Lo cierto es que son contadas las ocasiones en las que hablan públicamente de ellos, pero la presentadora lo ha hecho por una buena causa durante su participación en una charla para la Fundación Colacao, un encuentro al que ha acudido para abordar el tema del bullying.
Sara Carbonero comenzaba explicando que desde que tuvo a sus hijos necesita "conocer más sobre el tema" del acoso. La periodista siente que hay mucha información, pero que todavía "faltan pasos por recorrer". "Quiero saber qué herramientas debemos usar los padres, cómo identificar cuándo es un caso de bullying, cómo empoderar a nuestros hijos ante las amenazas...", pedía en esta charla.
La ex de Iker Casillas está "cada vez más abierta" a identificar qué puede pasar en el ámbito del acoso escolar. Sara contaba que sus hijos son muy pequeños y actualmente no tienen acceso al teléfono, pero conoce casos que le han contado sus hijos de acoso en el colegio. Uno de los padres de un compañero de Martín y Lucas es actor y participó en un concurso "que salió mal". "Me contaba uno de ellos que a su hijo, toda esa semana, le habían dado mucha caña con eso. Encontraron una vía que hacía sufrir mucho al niño. Me preocupa el escarnio público", confesaba la periodista.
La periodista quiere pasar "tiempo de calidad" con sus hijos y ha sentido "lo productivo que es" cuando lo hace así. Uno de las cosas que hace es "fuera pantallas", evitar que los niños, que tienen nueve y seis años, estén pegados a la tencología. "A ellos les ponía muy nerviosos que yo hablase con ellos con el móvil en la mano, se enfadaban. Mi lugar es el coche y nuestra excusa es la música", dice sobre el truco que ha encontrado para tener una buena y sincera comunicación con ellos.
"Conducimos mucho y me encanta preguntarles lo mejor y lo peor del día. Gracias a ese juego conseguí una vez que me contaran que uno de sus amigos, que había perdido a su madre hacía poco tiempo, lo estaba pasando mal porque no le gustaba el fútbol y quería jugar con las niñas y no le dejaban", contaba la presentadora. Sara considera que, cuando vas conduciendo, "no les miras a los ojos y no se sienten intimidados". "A mí me funciona. No somos los padres perfectos, seguro que algo se me escapa", dice sobre su educación.