Todos los viajes requieren cierta preparación, pero si además se hacen con bebés a bordo, con mayor motivo. Algunos bebes caen dormidos en cuanto el coche arranca, otros quedan cautivados por el movimiento y los cambios a través de las ventanillas, algunos pasan un mal rato y no pueden parar de llorar.
Sea cual sea la reacción del niño o niña, lo mejor es estar preparado para cualquier circunstancia, sabiendo qué podemos hacer para que el viaje con el bebé sea un poco más placentero. Seguro que estos siete consejos son una gran ayuda.
Desde Race nos recuerdan la importancia de llevar al bebé completamente seguro en el vehículo, para lo que es necesario contar con una silla homologada, colocada de la forma que se indica en las instrucciones y que se ajuste a las necesidades del pequeño. Por mucho que llore, debe permanecer en la silla mientras el coche está en marcha, por lo que resiste la tentación de llevarle en brazos.
Igual que sucede con los adultos, los niños pequeños también necesitan descanso, por lo que programar pausas cada dos horas para despejarse, relajarse y cambiar de postura será una estupenda decisión para todos los viajeros. Además, es mejor no hacer viajes excesivamente largos, intenta que estos no sean de más de seis horas.
La temperatura del vehículo también es importante, antes de meter al bebé asegúrate de que es adecuada, si el coche ha estado al sol, ventílalo. Utiliza el aire acondicionado con moderación, para no resecar las mucosas del niño ni tampoco tener que abrigarle en exceso, con abrigos y otras prendas similares los sistemas de retención funcionan peor. Intenta que vaya con ropa cómoda. No olvides colocar un parasol en la ventanilla para evitar que el sol le dé directamente.
Siempre que sea posible, es mejor que no vaya solo en el asiento trasero, por lo que si hay más personas, además del conductor, que se sienten junto al pequeño en la parte de atrás, puede ayudar a hacer el viaje más llevadero y confortable para todos. Le hace compañía y puede estar pendiente por si necesita algo.
Los niños necesitan atención, cuidados y también una gran cantidad de cosas materiales que conviene llevar siempre a mano, en una mochila o bolsa. Por ejemplo, no podemos olvidar una muda completa para cambiarle por si lo necesita, pero también toallitas húmedas, pañales y algo para que se entretenga. No olvides el botiquín.
Los bebés tienen rutinas y modificarlas no es buena idea, por lo que conviene intentar ajustarse a ellas lo máximo posible, haciendo el viaje a las mismas horas en las que estaría echándose la siesta, por ejemplo, evitando así que note lo largo que es el viaje.
Planifica el viaje, más adelante encontrarás mil imprevistos, pero lo mejor es tener más o menos diseñada la hora de salida para evitar atascos y las horas de máximo calor, salir con tiempo para poder hacer las paradas necesarias, llevar agua para mantenerse hidratado…
Si sigues estos siete consejos, tus viajes pueden ser un poco más sencillos de organizar, aunque la clave de todo está en la paciencia, ármate de ella porque es esencial para que el viaje sea satisfactorio.