La adolescencia es una etapa de cambios y desafíos para los padres, pero también para los hijos. A medida que van creciendo, cambia la forma de crianza y la comunicación con ellos, por lo que es lógico que nos equivoquemos. Te contamos cuáles son los errores más habituales que cometemos con nuestros hijos adolescentes, ya que evitarlos te ayudará a fortalecer vuestra relación y a fomentar un crecimiento saludable.
Sabemos que supone todo un reto, pero prestar especial atención a esta etapa y adaptarnos a ella es vital para que se desarrollen contado con nuestro apoyo, algo esencial para ellos. Presta atención a esos típicos errores y déjalos atrás hoy mismo.
Puede que lo que te diga tu hijo adolescente te parezca siempre lo mismo o no conecte con tus intereses. Pero eso no significa que no debas prestarle toda tu atención cuando te hable, además de brindarle un espacio para que pueda expresar sus emociones y pensamientos.
Entendemos tu instinto protector con tus hijos, pero en ocasiones nos lleva a la sobreprotección, algo que no es recomendable, y menos cuando hablamos de adolescentes. Aunque quieras que estén seguros, es importante no limitar su autonomía y dejarles tomar decisiones, asumir responsabilidades, permitir que se enfrenten a desafíos y aprendan de sus propios errores.
Es normal que tengas expectativas en tus hijos, pero si les sobrecargas con ellas puedes generarles estrés y ansiedad. No pases por alto los intereses y las capacidades de tus hijos, además de apoyarles en sus pasiones, favoreciendo que tenga unas metas realistas que sea capaz de alcanzar.
Ya sabes que los límites son necesarios para nuestros hijos, tengan la edad que tengas. Al llegar a la adolescencia es muy importante que esos límites sean pocos y muy claros. Piensa en aquellos que les ayudan a tomar decisiones saludables al tiempo que les permiten disponer de cierta libertad para desarrollar su autonomía.
Este comportamiento deberías evitarlos siempre, tanto si tus hijos son pequeños como si son adolescentes. Cada uno de tus hijos es una persona única que se desarrolla a su propio ritmo y de una forma genuina. Fíjate en cuáles son sus fortalezas propias y deja a un lado cualquier tipo de comparación con sus amigos o compañeros.
Los adolescentes se enfrentan a todo tipo de emociones y situaciones que pueden desencadenar en estrés, ansiedad o malestar. Los padres deben estar atentos a los cambios anímicos y de comportamiento para poder brindarles el apoyo necesario.
La naturaleza del adolescentes es la rebeldía y la confrontación con los adultos de referencia, así que no te extrañe que exponga a menudo ideas que te parezcan un disparate o un desafío. Pero son las suyas y tiene que poder expresarse en un ambiente de confianza y seguridad, donde se le escuche y se tenga en cuenta sus opiniones, aunque no coincidan con las tuyas.
A medida que nuestros hijos se hacen mayores, crece su necesidad de independencia y privacidad. Evita invadir el espacio personal de tu hijo y establece los límites de la privacidad para que no sienta desconfianza y pueda tomar decisiones responsables.
Aunque parezca que ya no te necesitan para nada, lo cierto es que sigues siendo un modelo de referencia para tus hijos. Tus hábitos y tus comportamientos siguen siendo un gran ejemplo para ellos, por lo que es importante que seas consciente de tu actitud y de tus acciones.
Sí, tus hijos adolescentes siguen necesitando que reconozcas sus logros y esfuerzos. No des por sentado que van a conseguir cosas y celebra con ellos aquello que han conseguido con esfuerzo, ya que será una gran motivación para ellos.