Síndrome de Wendy en madres: ¿qué es y qué problemas conlleva?

El síndrome de Wendy toma su nombre de la famosa historia de Peter Pan, afecta a las mujeres y se intensifica cuando son madres. Se trata, en esencia, de la necesidad de cuidar a otros para afirmar la propia identidad. Y aunque conlleva problemas, el síndrome de Wendy es difícil de detectar, ya que el rol de la mujer como alguien que cuida y asume responsabilidades de manera natural está muy arraigado en la sociedad. 

Así es una madre con el síndrome de Wendy

Aunque el síndrome de Wendy no se encuentra registrado clínicamente, sí hay síntomas claros que pueden ayudarte a detectar si lo padeces o estás cerca de padecerlo:

  • Son mujeres muy perfeccionistas, que se sienten culpables cuando algo sale mal.
  • Evitan el conflicto con sus hijos para que no las rechacen
  • Entienden que el amor es sacrificio, y hacen de este su forma de relacionarse con los demás
  • Asumen las responsabilidades de sus hijos y, normalmente, también las de su pareja
  • Se disculpan por todo aquello que no consiguen hacer

¿Qué causa el síndrome de Wendy?

Por mucho que nos pese admitir que esto ocurra, el síndrome de Wendy es causado, principalmente, por esa imagen de la mujer que hemos adquirido en nuestra educación y que la sociedad perpetúa. La mujer y madre sacrificada y abnegada, que antepone el bienestar de los demás al suyo propio, y que cuidando a otros consigue realizarse, es un lastre que aún no hemos conseguido quitarnos. 

El miedo al rechazo y a no sentirse queridas late bajo el síndrome de Wendy, aunque al tiempo se da la contradicción de que son mujeres fuertes, resolutivas y con una gran iniciativa, pero que invierten todo ese potencial en hacer feliz a los demás. Pero, como te comentábamos antes, al tratarse de un comportamiento normalizado es muy difícil de detectar. 

Consecuencias del síndrome de Wendy

Vivir de esta manera, siempre pendiente de los demás y con el miedo al rechazo presente, es algo que va haciendo mella en la mujer. Con el tiempo, el síndrome de Wendy puede causar: 

  • Tristeza y frustración, acompañada de un profundo sentimiento de soledad
  • Ansiedad y depresión, cuando esta actitud se sostiene durante demasiado tiempo, y la tristeza pasa a ser un estado crónico 
  • Mala relación con los hijos o la pareja, ya que al estar tan volcada en ellos, se crean relaciones de desigualdad que terminan por pasar factura
  • Burnout: el famoso síndrome del trabajador quemado también puede aplicarse a la vida personal, sobre todo cuando las obligaciones nos superan y el resto asume que todo es responsabilidad de la madre.

Cambiar los patrones y darle a su bienestar el lugar que se merece, son elementos claves para salir de este síndrome, al tiempo que se estará dando un ejemplo adecuado a nuestros hijos e hijas para que no se reproduzca en el futuro.