Vestir a un bebé para que no pase frío ni calor es un motivo de preocupación para los padres, sobre todo por la noche. Cómo vestirle a la hora de dormir es un tema delicado porque, evidentemente, no queremos que pase frío pero, por otro lado, abrigarle en exceso puede suponer un riesgo importante para el bebé. Te contamos cómo puedes encontrar ese equilibrio para que tu hijo duerma tranquilamente, vestido para sentirse cómodo y tranquilo cada noche.
Tan importante como saber qué ropa ponerle para dormir es saber a qué temperatura debe estar su habitación para garantizarle un buen descanso. La recomendación es que, sin importar la época del año, la temperatura del dormitorio esté a un mínimo de 16ºC y a un máximo de 20ºC. Un termostato puede serte de gran utilidad para determinar si el ambiente es idóneo para que tu bebé descanse correctamente. Además, asegúrate de que la habitación ha sido ventilada durante el día, que no hay corrientes de aire ni ruidos molestos, y que la luz es tenue o inexistente.
Es habitual pensar que los bebés pasan tienen más frío que nosotros, pero esto solo ocurre durante sus tres primeros meses de vida. En esa etapa sí debes tener presente que su temperatura corporal es 1ºC menos que la tuya, por lo que necesita siempre una capa más de abrigo que tú. A partir de los tres meses su temperatura corporal se regula como la de un adulto, por lo que no necesita ningún tipo de abrigo extra. De hecho, sobreabrigar al bebé aumenta el riesgo de sufrir el síndrome de muerte súbita del lactante.
La mejor opción es vestir al bebé por capas, de tal forma que podamos añadirlas y quitarlas según las variaciones de temperatura. Esto es muy importante en los meses más fríos del año, donde debes evitar ponerle una sola prenda muy abrigada.
Lo ideal es que la primera capa sea un body de algodón y la segunda pijama. Para taparle no añadas más capas ni utilices mantas, porque son peligrosas por la noche y aumentan el riesgo de asfixia. Lo mejor es que le abrigues con un saco de bebé para dormir. Son seguros, calentitos y cómodos, porque les permiten moverse, sobre todo las piernas.
Ya hemos dicho que nada de tapar al bebé con sábanas ni mantas. Solo debes asegurarte de contar con una sábana bajera que sea de un tejido suave y transpirable, como el algodón. Este tejido también es la mejor opción para la ropa que le pongas para dormir, tanto el body como el pijama y saco.
A lo largo de la noche revisa su temperatura corporal por si se ha modificado y es necesario quitarle o ponerle alguna capa. Y, aunque no tenga nada que ver con la temperatura, para su seguridad deja fuera de su cuna cualquier tipo de peluche, juguete o almohada.