Sin duda ya has oído en más de una ocasión hablar del contacto piel con piel entre un bebé y su madre, y lo recomendable que es para el recién nacido. En los últimos meses, además, se ha promovido una campaña para que los bebés prematuros tengan una “separación cero” de su madre, impulsada por el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal.
En España se han incrementado los partos prematuros, con todos los riesgos que conllevan para el bebé. Hablamos de parto prematuro cuando este se produce antes de la semana 37 de gestación. Cuando antes sea el parto, mayor será el riego de mortalidad para el bebé, que en un gran número de casos se produce antes de que transcurran 24 horas.
Y cuando el bebé sobrevive, haber nacido prematuramente puede acarrearle problemas de salud de distinta índole: cerebrales, digestivos, respiratorios, cardíacos… Aunque intervienen diferentes factores en la evolución del recién nacido, la separación cero puede aportar grandes beneficios.
Se habla de separación cero cuando se elimina o minimiza cualquier tipo de separación entre el bebé y su madre nada más nacer, buscando que este contacto se prolongue durante el mayor tiempo posible. En el caso de que la madre no pueda realizar la separación cero, puede asumirlo el padre o cualquier persona cercana al recién nacido que se encuentre allí, como un familiar.
Según el Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal, la separación cero es más que un derecho, se trata de una necesidad vital que mejora los índices de supervivencia del bebé. Para afirmarlo se apoya en las investigaciones realizadas en las últimas décadas, entre las que destacan las llevadas a cabo por el doctor Nils Bergman, que destacan los beneficios del contacto piel con piel en los recién nacidos, especialmente si son prematuros.
Mientras que la separación de la madre y el bebé tiene consecuencias que pueden ser negativas para el recién nacido, la separación cero puede ofrecer importantes beneficios: