El 15% de los embarazos que se detectan clínicamente, aproximadamente, terminan en abortos espontáneos. Y un tercio de ellos son embarazos embrionarios. A este tipo de embarazo también se le conoce como “huevo huero”, "embarazo con huevo vacío" o "saco gestacional vacío”. Te contamos qué es, por qué se produce y cuáles son sus síntomas.
Se trata de un embarazo en el que se forma el saco gestacional, pero no hay un embrión en su interior y termina en aborto. Se produce porque el óvulo fertilizado se implanta en el útero, pero el embrión no llega a desarrollarse. La gestación no es posible, y por lo tanto, el aborto es inevitable.
La principal causa de los embarazos anembrionarios es una anomalía de tipo genética o cromosómica que se produce en el momento de la fecundación. No hay forma de predecir que una pareja va a tener un embarazo de este tipo, aunque hay condicionantes que pueden favorecerlo, como que la madre tenga una edad avanzada. A partir de los 35 años disminuyen las posibilidades de embarazo y aumentan las de tener un aborto, por lo que es más posible tener un embarazo anembronario con el paso de los años.
También se consideran factores de riesgo haber sufrido abortos anteriormente. Y en cuanto a esto, al parecer si la madre tiene niveles insuficientes de vitaminas del grupo B, como el ácido fólico o vitamina K, aumentan las posibilidades de aborto.
Un embarazo anembrionario puede pasar desapercibido para la mujer, que puede llegar a tener el aborto espontáneo coincidiendo con la regla. Eso sí, si se hiciera un test de embarazo, este daría positivo, ya que las hormonas que detectan este tipo de test proceden del saco gestacional, haya o no embrión.
Dependiendo de cuánto avance el embarazo anembrionario, la mujer puede experimentar los síntomas propios de un embarazo, como náuseas, sensibilidad mamaria o somnolencia. Cuando se produjera el aborto, cesarían estos síntomas. Para detectar y confirmar un embarazo anembrionario en una fase temprana, sería necesario hacer una ecografía vaginal.
Solo el 1% de las mujeres tienen abortos espontáneos reiterados. Después de haber abortado, la mayoría de mujeres consiguen tener un embarazo saludable. En el caso del embarazo anembrionario, las posibilidades de que se repita son mínimas, por lo que si el médico lo considera oportuno, a los dos meses se puede volver a intentar lograr un embarazo. Cuando los abortos son recurrentes, es imprescindible consultar con un médico que realice un estudio y pueda determinar la causa de los mismos.