Beber o fumar durante el embarazo: el impacto de los hábitos nocivos en la salud del bebé

El embarazo es una de las etapas más bonitas y emocionantes en la vida de una mujer, pero también es un momento de cambios y en los que la responsabilidad hace acto de presencia. Ya no eres solo tú, ahora eres tú y tu bebé, y es que su bienestar durante el desarrollo depende en gran medida de los hábitos que tengas.

Por ejemplo, eso del… “somos lo que comemos”, durante este periodo es más cierto que nunca, como muchas otras prácticas que antes podrían ser inofensivas, y que sin embargo no son nada recomendables durante esta etapa. Algunos de estos hábitos pueden afectar negativamente el desarrollo del feto, y es fundamental identificarlos y evitarlos para garantizar un embarazo saludable.

Según la Dra. Irene Inglés Mancebo "el bienestar del feto durante el embarazo está directamente relacionado con los hábitos de la madre. Cualquier sustancia o práctica que altere el equilibrio natural del organismo materno, como el alcohol o el tabaco, puede tener efectos significativos en el desarrollo del bebé. Desde las primeras semanas de gestación, el cuerpo de la madre es el único medio de vida para el feto, por lo que es crucial mantener un estilo de vida saludable que minimice los riesgos". La experta señala que muchos problemas en el desarrollo fetal son prevenibles si la mujer toma conciencia de los efectos a largo plazo de sus hábitos.

"La ciencia ha demostrado repetidamente que el consumo de alcohol o tabaco está vinculado a complicaciones graves, como el retraso en el crecimiento intrauterino, malformaciones congénitas y problemas de comportamiento que pueden aparecer más adelante en la vida del niño", agrega y añade que “por eso, es vital que las futuras madres estén informadas y tomen decisiones conscientes sobre su salud. Cuidarse durante el embarazo es la mejor forma de darle a su bebé las mejores oportunidades desde el inicio de su vida". Dicho esto, algunos de los hábitos más nocivos para el bebé serían los siguientes que nos cuenta son los siguientes.

Consumo de alcohol

Uno de los hábitos más peligrosos durante el embarazo es el consumo de alcohol. Aunque algunas personas creen que pequeñas cantidades no son dañinas, la verdad es que no existe una cantidad segura de alcohol durante el embarazo. El motivo reside en que el alcohol atraviesa fácilmente la placenta y puede afectar directamente al feto, lo que puede llevar a un conjunto de problemas conocidos como Trastornos del Espectro Alcohólico Fetal (TEAF), estos pueden presentar una amplia gama de problemas, desde malformaciones físicas, retraso en el crecimiento y problemas cognitivos hasta dificultades de comportamiento y aprendizaje.

“Además, el alcohol puede interferir con el desarrollo cerebral, cardíaco y del sistema inmunológico del bebé. Numerosos estudios muestran que el consumo durante el primer trimestre puede aumentar el riesgo de aborto espontáneo y nacimiento prematuro, mientras que en el segundo y tercer trimestre puede resultar en bajo peso al nacer”, comenta Irene.

Fumar

Ya se sabe que tabaquismo es otro hábito extremadamente dañino tanto para la madre como para el bebé. “Cuando una mujer embarazada fuma, el oxígeno en la sangre se reduce debido a la presencia de monóxido de carbono, lo que significa que el feto recibe menos oxígeno de lo que necesita para desarrollarse correctamente” incide la doctora. Además, la nicotina y otros químicos presentes en los cigarrillos pueden restringir los vasos sanguíneos del útero, afectando el flujo sanguíneo hacia el bebé. “Tampoco hay que olvidarse del vapeo, que puede resultar tan perjudicial como el tabaco”.

Medicamentos no prescritos

Muchas mujeres desconocen que ciertos medicamentos, aunque parezcan inofensivos, pueden ser perjudiciales para el bebé. “Respecto a este tema hay que ponerse seria, si no han sido recetados por un médico durante el embarazo deben evitarse, ya que algunos pueden interferir con el desarrollo del feto o aumentar el riesgo de anomalías congénitas”, apostilla.

Alimentación descuidada

Durante el embarazo, la alimentación juega un papel crucial en el desarrollo del feto. Por ejemplo, las carnes crudas o poco cocidas pueden contener bacterias como la Listeria o el parásito Toxoplasma, que pueden causar infecciones graves durante el embarazo. También hay que tener cuidado con la cafeína, generalmente menos de 200 mg al día, (equivalente a una taza de café) es segura, pero consumir grandes cantidades puede aumentar incluso el riesgo de aborto.

Estrés

Por último, la doctora hace hincapié en un detalle que muchas mujeres parecen pasar por alto: el estrés. “Un punto que toda mujer debe saber es que los niveles altos de cortisol, la llamada ‘hormona del estrés’, no son nada recomendables durante estos meses. “Yo recomiendo la práctica de técnicas de relajación como la meditación, el yoga prenatal o la respiración profunda para reducir el estrés, además de asegurarse de dormir al menos 7 u 8 horas por noche”.