Joven, atractiva y con un buen gusto innato. Hailey Bieber es una de esas celebrities que resultan un interesante reclamo para las marcas, entre otras cosas, gracias a su poder de influencia dentro y fuera de las redes sociales. Todo lo que se pone vuela de las tiendas, desde unas gafas de sol a un gloss de labios, por eso no es de extrañar que las firmas de moda y belleza se la rifen.
A la hora de definir su estilo, podría decirse que es una oda al ‘normcore’ (la tendencia que defiende el uso de básicos atemporales a todas horas), combinado con prendas de tintes de los ochenta y noventa. Y aunque cuando la ocasión lo requiere es capaz de defender como nadie un sensual vestido, lo cierto es que siempre que puede prefiere lucir ropa más cómoda y sencilla. Entre sus referentes figura la princesa Diana hasta tal punto que en numerosas ocasiones se han comparado los vestidores de ambas, pero si por algo destaca su armario es por contener multitud de prendas que comparte con su marido Justin con quien tiene en común su pasión por la moda.
Aquello de compartir una camisa o unos pantalones con su pareja, como bien se ve en muchas películas, a la mayoría de los mortales parece una auténtica locura, pero lo cierto es que en su caso, la ropa del cantante parece hecha a medida para ella. Por eso, en un momento en el que lo unisex triunfa, las que quieran seguir su ejemplo solo tienen que llevar a cabo los siguientes trucos con los que poder reutilizar la ropa de su chico sin que parezca que vayan disfrazadas.
Cortes oversize: su principal mantra en lo que a estilo se refiere sería este. Y es que no hay look en el que no incorpore alguna pieza XXL. Lo que suele hacer para equilibrarlo es contrarrestarlo con la otra parte más ajustada. Del armario de Justin, sus favoritas son las camisetas con mensaje, las sudaderas con logos y las chaquetas de tipo bómber.
Patrones sencillos: cuanto más simples, mejor. Hailey suele vestir piezas sin demasiadas florituras, y ese precisamente es una de las premisas a seguir para poder compartir ropa con tu chico. Los cuellos redondos, mangas rectas y bajos ‘flare’ se convertirán en las apuestas más fáciles de combinar.
Prescindir de estampados: leopardo, flores… Lo mejor es evitarlos. Pero ojo, esto no significa no llevar prints de un tamaño más pequeño (como por ejemplo un dibujo en el centro de la camiseta).
Apostar por tonos neutros: cuanto más sencilla sea la prenda en sí, más fácil será que os sirva a ambos, y en esto también importa la gama de color, donde las tonalidades más sencillas como los blancos, negros, beiges o grises abren un amplio abanico de posibilidades para adaptarse a ambos vestidores.
Añadir el toque final gracias a los complementos: aunque el poder de los accesorios a la hora de revitalizar un estilismo no resulta ninguna novedad, lo que sí es cierto es que cuando se usan prendas masculinas se pueden integrar de dos maneras muy diferentes y llamativas.
Por un lado, resaltando la feminidad con pequeños detalles a través de joyería, bolsos o tacones en los que no falte la pedrería, el satén o el encaje; y por otro, sacando todavía más partido al armario masculino añadiendo por ejemplo una gorra o un fular. Tú decides.