Es comprensible que en la recta final del embarazo la futura madre esté alerta para detectar cualquier señal que indique que el parto va a comenzar. Muchas mujeres piensan que la expulsión del tapón mucoso es una de esas señales que anuncian un parto inminente, y si les ocurre, no dudan en acudir al hospital creyendo que el bebé puede nacer en cualquier momento. Pero, ¿es esto cierto? Te contamos qué es el tapón mucoso y qué significa su expulsión en la última etapa del embarazo.
En las primeras semanas de embarazo se forman unas secreciones, similares al moco cervical, en el cuello del útero. Su finalidad es crear una barrera protectora entre este y el exterior, que se conoce como tapón mucoso. Su función es proteger al bebé durante la gestación de los posibles gérmenes y hongos que puedan encontrarse en la vagina.
El tapón mucoso está formado por agua, en gran medida, junto a un pequeño porcentaje de proteínas e inmunoglobulinas. Su aspecto no es siempre transparente, y es habitual que al expulsarlo aprecies que el flujo es algo oscuro, tal vez rosa o rojizo, porque puede estar mezclado con algunos hilos de sangre. Esto no debería preocuparte en absoluto, pero si aprecias un sangrado, entonces sí debes acudir a urgencias inmediatamente.
El tapón mucoso puede expulsarse de golpe o de forma paulatina y, en ningún caso, significa que el parto vaya a ser inminente (ni lo contrario) aunque estés en la recta final de embarazo. De hecho el parto puede tardar días en producirse. Las señales más claras de que estás a punto de tener a tu bebé son:
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