Hace apenas quince días, Anabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, dieron la bienvenida a su primera hija, Alma. Desde entonces, la vida de la sobrina de Isabel Pantoja ha dado un giro radical, con momentos llenos de emoción pero también con desafíos inesperados. La felicidad de convertirse en madre se ha visto empañada por las complicaciones físicas posparto, que han supuesto un reto tanto para su cuerpo como para su estado anímico. A través de sus redes sociales, Anabel ha compartido con franqueza las dificultades que ha enfrentado, desde dolores incapacitantes hasta la imposibilidad de realizar tareas cotidianas con su hija.
A pesar de ello, en medio de esta montaña rusa emocional hace un par de días Anabel recibía una grata sorpresa: la influencer Susana Molina, una de sus mayores confidentes desde que coincidieron en su agencia de representación, viajaba hasta Gran Canaria para visitarla y conocer a la recién nacida. Esta inesperada visita se convirtió, además, la primera vez que la sobrina de Isabel Pantoja salía de casa desde que se convirtió en madre.
La llegada de sus amigos a Gran Canaria fue un bálsamo para Anabel Pantoja, quien no esperaba esta sorpresa en medio de las dificultades posparto. Aprovechando la inesperada reunión, Anabel y su pareja, David Rodríguez, decidieron tomarse unas horas para desconectar y disfrutar de su primera salida tras convertirse en padres.
La pareja disfrutó de una cena en compañía de su círculo cercano, un plan sencillo pero necesario en esta nueva etapa de sus vidas. Aunque durante las dos horas y media que estuvieron fuera, la influencer se mostró animada y agradecida por el momento de respiro, el regreso a casa marcó un contraste inesperado.
Al llegar a su residencia, los problemas físicos que la han acompañado desde el parto se intensificaron, dificultándole el descanso nocturno. “Es como si hubiera estado de ‘after’. Menuda nochecita”, relató visiblemente afectada por las molestias y la falta de sueño.
Anabel compartió con sus seguidores las complicaciones que ha experimentado en los días posteriores al nacimiento de su hija Alma. Según explicó, comenzó a sentir un dolor intenso en la zona pélvica hasta que las actividades cotidianas como andar, sentarse o tumbarse se volvieron prácticamente imposibles y le llevaron a describir la sensación como un "fuego" constante, un dolor difícil de soportar y que le impidió incluso cargar o dormir a su bebé.
A pesar de las dificultades, Pantoja destacó el apoyo constante de su madre, Merchi, y su pareja, David Rodríguez, quienes han asumido gran parte de las responsabilidades mientras ella se recupera. Consciente de que el proceso posparto puede ser complejo, la sobrina de Isabel Pantoja intenta mantener la calma y confiar en que su cuerpo, con el tiempo, encontrará el equilibrio necesario.
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