El ácido fólico es una vitamina B que se encuentra, predominantemente, en las verduras -como el brócoli y las espinacas- y las legumbres -como las lentejas y las judías-, así como en los cereales enriquecidos. Las mujeres que están embarazadas, o que lo están intentando, tienen que tomar al menos 4 miligramos de ácido fólico de forma diaria antes de la concepción y, al menos, durante tres semanas después de quedarse embarazadas. Como han demostrado varios estudios esto servirá para que se reduzcan los problemas del bebé de tener defectos en el tubo neural.
Los defectos del tubo neural son deformaciones congénitas que implican el desarrollo de forma incompleta del cerebro y de la médula espinal. Además, los más comunes son: la espina bífida, que se produce cuando la médula y la columna no se cierran completamente; la anencefalia, que conlleva un subdesarrollo grave del cerebro y una encefalocele, que se produce cuando el tejido cerebral sobresale hacia la piel a través de una abertura en el cráneo. Todas estas deformaciones se suceden durante los primeros 28 días de gestación; normalmente antes de que la mujer sepa que está embarazada.
Por ello, es de vital importancia que aquellas mujeres que quieran quedarse embarazadas tomen ácido fólico de forma habitual. Todavía no está claro cómo este tipo de vitamina incide tanto en el estado del tubo neural, pero los expertos están de acuerdo en que es fundamental para el desarrollo del ADN. Por lo tanto, el ácido desempeña un papel muy importante en el crecimiento y en el desarrollo de las células, así como la formación de tejidos.
Por tanto, esta vitamina habrá que ingerirla, ya que nosotros no somos capaces de producirlas. Pero, ¿qué alimentos contienen ácido fólico? Algunos con un alto contenido son: las acelgas, las espinacas, el aguacate, los champiñones, las almendras, la yema de huevo, las nueces, el hígado y las naranjas. El ácido fólico será crucial para la división y el crecimiento celular. Aún así, muchas mujeres en edad fértil no suelen llegar a la cantidad de ácido deseada, por lo que se recurre a la suplementación antes del embarazo.
En el caso de los embarazos de riesgo, es decir, en aquellos casos en los que la mujer haya tenido hijos con espina bífida, o si hay antecedentes por malformación, se recomienda una toma diaria de 5 milagramos al día. Además del suplemento, se recomienda a todas las mujeres gestantes que lleven una dieta equilibrada y rica en frutas, verduras y legumbres. Durante el embarazo será recomendable, también, que se tomen complejos multivitamínicos, aunque siempre consultando a tu médico, ya que, junto con el ácido fólico, se reducirá la incidencia de malformaciones cardíacas, urinarias u oro-faciales.
Durante el primer trimestre de embarazo el ácido fólico será fundamental y a algunas embarazadas se les recomienda, también, su consumo durante la gestación del bebé. Esto se debe a que se tiene que seguir produciendo las células sanguíneas adicionales que tu cuerpo necesita durante ese periodo. Además, también, contribuye al crecimiento de la placenta y del feto. Será mejor tomar el ácido por las mañanas, ya que su absorción será mayor. Por tanto, el ácido hará que se corrijas las deficiencias nutricionales y es importante para la producción de glóbulos rojos.
Las personas con deficiencias de ácido fólico a veces desarrollan un tipo de anemia denominada anemia megaloblástica. Además, podrá ayudar a prevenir otro tipo de complicaciones. Tras el embarazo, deberemos seguir tomando ácido fólico, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), además de hierro. Tomarlo tras haber dado a luz es muy importante ya que, tras el esfuerzo físico que supone el parto y los cambios en el cuerpo de la madre, es esencial tener todos los nutrientes y las vitaminas necesarias para poder recuperarnos.
El ácido fólico te ayudará a que te recuperes poco a poco, pero también a gozar de toda la energía que tenías antes de haberte quedado embarazada. Aún así, será el médico quien te de todas las instrucciones y las recomendaciones sobre el ácido fólico. El hierro también será fundamental y más si tienes niveles bajos de vitamina B12, que también debe ser controlada por un especialista. Después del parto es muy común tener anemia. Por eso, es necesario el consumo de hierro para poder subir los niveles.