Bebidas azucaradas y lactancia: una mezcla peligrosa que puede afectar a la salud de tu bebé
El exceso de azúcar supone un riesgo para la salud, pero durante la lactancia, también lo supone para el bebé.
Te contamos cómo puede afectar el consumo de bebidas azucaradas al desarrollo de un niño en los primeros meses de lactancia.
Los beneficios de la lactancia materna son incuestionables. De hecho la OMS recomienda que el bebé se alimente exclusivamente de leche materna durante los 6 primeros meses de vida y que forme parte de su alimentación hasta los dos años. Y aunque, por lo general, no hay apenas limitaciones para la madre en lo referente a la alimentación, hay ciertos alimentos y bebidas que deberían evitarse, como es el caso de las bebidas azucaradas, ya que pueden afectar al crecimiento del bebé y a su desarrollo cognitivo.
Así lo han afirmado recientes investigaciones, que concluyen que el azúcar es un peligro añadido para las madres lactantes. El exceso de azúcar, en general, se considera peligroso para la alimentación de cualquier persona, ya que puede ser el origen de diferentes enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2, dolencias cardíacas o hígado graso. Pero cuando se trata de un bebé lactante, además de propiciar la aparición de enfermedades, afecta, como hemos dicho, a su desarrollo.
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Puede resultar más fácil controlar las cantidades de azúcar que ingerimos cuando somos nosotros quienes la añadimos a determinadas bebidas, como ocurre con el café. Pero cuando el azúcar ya viene incorporada, y es uno de los principales ingredientes de la bebida, es muy posible que la estemos consumiendo sin ser conscientes de ello ni de los riesgos que implica para la salud.
Azúcar y madres lactantes: un riesgo añadido
Un estudio realizado en Estados Unidos, cuyas conclusiones se publicaron en la revista científica “American Journal of Clinical Nutrition”, analizó el desarrollo de niños cuyas madres habían consumido bebidas azucaradas, como refrescos y zumos, durante los primeros meses de lactancia.
A las madres que participaban en el estudio se les pedía que informaran de la cantidad de bebidas azucaradas que tomaban a diario durante los 6 primeros meses de vida del bebé, en los que la lactancia ha de ser exclusiva según las recomendaciones. Cuando sus bebés cumplían 24 meses se les realizaron las pruebas estándares de desarrollo infantil.
Estas pruebas consisten en la realización de tareas específicas con la finalidad de identificar cualquier retraso o problema en el desarrollo de los niños, e incluyen tareas de dominio de habilidades motoras o de reconocimiento de objetos.
Las conclusiones fueron que los peores resultados eran de aquellos niños cuyas madres habían tenido un mayor consumo de bebidas azucaradas durante el periodo de lactancia. Estos niños presentaban un crecimiento cerebral peor, según una medición realizada con las Escalas de Desarrollo Infantil Bayley-III.
Cómo detectar una bebida azucarada
Como hemos dicho, una de las principales causas del consumo excesivo de azúcar es que en muchas ocasiones no sabemos que la estamos tomando. Las bebidas azucaradas pueden incluir todo tipo de zumos envasados, ya sean de frutas o de vegetales, refrescos, bebidas para deportistas, leches con sabor o café y té listos para consumo.
La mejor manera de detectar si una bebida contiene o no azúcar es leer el etiquetado y hacerlo de forma correcta. Si se encuentra entre los 3 primeros ingredientes, lo mejor es descartar esa bebida. Pero, además, el azúcar puede aparecer con otros nombres que resultan engañosos cuando no se conocen, como sacarosa, dextrosa, glucosa, jarabes o siropes, fructosa…
Como siempre, la información es la mejor manera de evitar aquellos productos que queremos descartar de nuestra alimentación porque son perjudiciales para nuestra salud y, en el caso de las madres lactantes, también para el bebé.
En cualquier caso, la mejor manera de evitar el riesgo de consumir azúcar en exceso es sustituir los zumos envasados por piezas de fruta, los tés y cafés ya preparados por aquellos que se preparan en el momento, y descartando el consumo de refrescos y bebidas isotónicas.
La alimentación durante la lactancia
En principio, no debería suponer un problema prescindir de las bebidas azucaradas durante la lactancia, ya que no hay restricciones importantes en la alimentación para esa etapa y podemos disfrutar de todo tipo de alimentos. De hecho, la única prohibición explícita es tomar alcohol. Y en cuanto a la cafeína y teína, realizar un consumo moderado. Añadir a esta pequeña lista las bebidas azucaradas es, sin lugar a dudas, la mejor opción.
En cuanto al resto de alimentos, se trata de una cuestión de sentido común. La idea es seguir una dieta saludable, del mismo modo que si no estuviéramos amamantando a un bebé. Y en lo referente a las cantidades, es posible que tengas algo más de hambre, pero tampoco debería ser algo exagerado.
La calidad de la leche va a ser buena aunque un día te excedas comiendo patatas fritas. En realidad la elección de los alimentos y la forma de cocinarlos va a afectar sobre todo a tu salud, que también es muy importante. Puesto que es muy posible que la lactancia aumente la sensación de sed, como bien puedes imaginar hay una bebida saludable a la que siempre puedes recurrir: el agua.