Dentro de la cirugía estética, la abdominoplastia es una de las intervenciones más demandadas. Pero, ¿qué es y en qué consiste? Nos lo cuenta la doctora Nélida Grande, vicepresidenta de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE) y directora de Clínicas NG: “La abdominoplastia consiste en la eliminación de tejidos sobrantes en el abdomen, a la vez que se reconstruye la pared abdominal”.
“Si una mujer tras un embarazo, o cualquier persona tras un aumento de peso ve cómo han aumentado sus tejidos en dicha zona y cómo aparecen los llamados “flotadores”, o una caída del abdomen, puede recuperar su figura si extraemos esos tejidos -y su propia grasa-. Y en caso de un embarazo, tras el que se abren los músculos rectos abdominales, estos se pueden volver a unir”, aclara la experta en cirugía plástica. Por tanto, lo que se busca es corregir los defectos del abdomen, tanto de la piel como en la grasa y en la musculatura.
Como comenta la experta, se trata de una operación que es muy común en aquellas mujeres que han estado embarazadas. Aunque eso sí, su público va más allá. “La abdominoplastia está indicada no solo a aquellas personas que tras un parto se han quedado con los músculos muy abiertos, y/o que han engordado mucho. Sino también a pacientes que con el paso de los años tienen un abdomen “en péndulo” o caído, o que han adelgazado notablemente y por ello tienen descolgado el tejido del abdomen por la flacidez generada”, puntualiza la doctora Nélida Grande.
Antes de someterte a la operación, puede ser que tengas una infinidad de dudas, principalmente, sobre qué será lo más recomendable para ti. Así, hay bastante confusión entre la abdominoplastia y la liposucción. Pero, ¿cuál es la diferencia entre ambas? “La abdominoplastia es la resección de tejido abdominal y de la grasa del propio tejido, mientras que la liposucción es solo la aspiración de esa grasa sin retirar tejido o piel. Pero existe la combinación de ambas cosas, con la técnica de la lipoabdominoplastia. Esta es una variación de las técnicas de abdominoplastia que, a mí, particularmente, me encanta”, aclara la especialista Nélida Grande.
A la hora de operar será muy importante ver bien la región que se va a tratar está por encima o por debajo del ombligo y si este afecta a los músculos, a la piel o por un exceso de grasa. Respecto al procedimiento, este dejará marca, aunque el post operatorio y la misma operación no entrañarán mucha complicación. “Sobre los riesgos, hay que tener en cuenta que, cuando es necesario, previamente se realiza un TAC abdominal, para control de hernias u otras lesiones y comprobar el estado del abdomen”, apostilla la directora de Clínicas NG.
“Asimismo, la operación solo se lleva a cabo si el paciente analíticamente está bien y no existen riesgos o enfermedades añadidas. Todos estos procedimientos disminuyen en un alto porcentaje los riesgos en la abdominoplastia. Paralelamente, pero como en todas las cirugías, puede haber riesgos de sangrado o infección en algún punto concreto, aspectos que los cirujanos controlamos en todo momento”, añade la doctora Nélida Grande. Además, los resultados se verán casi inmediatamente, aunque la inflamación tardará en desaparecer.
Por tanto, el resultado podremos verlo unos tres meses después y, cuando transcurra un año, los tejidos ya habrán recobrado su total normalidad. “Se puede decir que el postoperatorio es algo pesado, porque la tensión y la sutura abdominal impiden que el paciente se pueda mover bien del todo. La primera semana es la más complicada, sin embargo al mes ya se puede hacer una vida relativamente normalizada. No obstante, el ritmo de recuperación también depende de la cirugía en concreto (¡y de cada paciente!). Me refiero a si ha sido solo una reconstrucción de la pared abdominal o, por ejemplo, además ha habido que succionar grasa, etc.”, cuenta la especialista en cirugía estética y plástica.
Respecto a las recomendaciones para que la operación sea efectiva y se vean los resultados rápidamente, la doctora lo tiene muy claro: “En cualquier caso, siempre se ha de llevar una faja durante dos meses aproximadamente. Y ayuda mucho a recuperarse el hecho de someterse a tratamientos específicos -como drenajes linfáticos o radiofrecuencia-. Esto hará, además, que se mantenga el abdomen plano, aunque para ello no debemos olvidar la importancia de una correcta alimentación y de una vida saludable".