Si estás intentando quedarte embarazada, lo mejor será que compruebes cuáles son tus días fértiles: podrás calcular cuándo comienza la ovulación con el primer día de la última menstruación. Para que salga bien, tendrás que haber hecho un seguimiento de tu regla y tener en cuenta si es regular o no. Esto te permitirá saber qué días son los mejores para concebir, aunque eso sí, recuerda que ningún cálculo que hagas -ya sea de forma manual o con la ayuda de apps creadas para ello- será cien por cien fiable, ya que son muchos los factores que influyen en el periodo de ovulación.
Calcular tus días fértiles es fácil y podrás hacerlo de distintas maneras. Como ya hemos comentado, tendrás que saber la fecha del primer día de tu último periodo. Por ejemplo, si el primer día de tu última regla fue el 9 de abril, tus días fértiles serán el 21, 22, 23, 24 y 25 de ese mismo mes -es decir, unos 12 días después-.
Además, concretamente el 23, 24 y 25 serán los días más fértiles del ciclo. En caso de que se produzca la fecundación en alguno de esos días, la anidación del embrión se producirá entre los días 29 y 30. Y, también, será la fecha cuando comience un nuevo ciclo.
Los ciclos menstruales de una mujer suelen durar entre 24 y 35 días, aunque esos ciclos no tienen siempre porque ser iguales. Por tanto, en ocasiones, podrá resultar más difícil saber cuándo se está ovulando. Independientemente de si quieres quedarte embarazada, de si por el contrario lo que quieres es evitarlo o simplemente quieres saberlo por curiosidad, tendrás que tener en cuenta varios factores.
En primer lugar, para controlar tus días fértiles y saber cuándo tienes más posibilidades de quedarte en estado es muy importante saber cuándo estás ovulando. Una de las señales para saberlo es que el moco o flujo vaginal se vea aumentado. Este es el encargado de ayudar a proporcionar un entorno adecuado para que los espermatozoides se desplacen con más facilidad.
También, cuando estés ovulando notarás que dicho moco cervical tiene una textura más resbaladiza de lo habitual, similar a la de una clara de huevo. Además, durante el proceso de ovulación podrás notar molestias abdominales que pueden ser más o menos dolorosas.
Una vez que comienza el ciclo menstrual lo más normal es sentirte pesada y con el vientre inflamado. Esta cierta hinchazón podrá incluso hacer que engordes unos kilos. Unidas a estas dos sensaciones también podrás notar alteraciones en el sueño, debido a las variaciones que presentan las hormonas durante esta etapa.
Cuando una mujer comienza con el periodo menstrual, su temperatura suele ser más baja de lo habitual. Esto dará inicio a la ovulación. Por eso, conocer tu Temperatura Basal Corporal (TBC) te ayudará a conocer un poco más tus días fértiles. Para tomarla podrás utilizar un termómetro especialmente indicado para ello y anotar cada día la temperatura que tienes a primera hora de la mañana.
Aproximadamente tres días después de la ovulación suele aumentar el nivel de progesterona u hormona del cuerpo lúteo, responsable de que la temperatura corporal se eleve. Por tanto, el periodo más fértil para la mujer tendrá lugar justo antes y poco después de la ovulación.
Sí que es cierto que el cuerpo nos avisa, a través de varios síntomas, en qué parte del ciclo menstrual nos encontramos. Los síntomas más conocidos y fáciles de identificar son los que tienen que ver con la menstruación, que suele asociarse al momento de más debilidad del mes y a molestias y trastornos bastante notables. Sin embargo, no tenemos que olvidarnos de otros momentos que, también, son muy relevantes en el ciclo menstrual.
La ovulación será al que más atención presten las mujeres que quieran quedarse embarazadas. Y, además, este también tiene sus síntomas. Pueden llegar a ser más notables que los de la propia menstruación y suelen ser dolores abdominales, hipersensibilidad mamaria, cambios de humor…
El dolor de cabeza durante el periodo de ovulación también es bastante frecuente. Si la intensidad no es demasiado fuerte, no tendrás que alarmarte. En algunas mujeres, este dolor viene acompañado de náuseas, debido a los cambios hormonales que se viven. Si tienes dolor de cabeza cada mes y si eres muy regular en tu ciclo menstrual podrás apuntarlo y darte cuenta que, a lo mejor, coincide con tu fase de ovulación.
Los cambios que se producen durante esta etapa también pueden afectar a la espalda y los riñones. Por este motivo podrás notar pequeños calambres en la zona lumbar baja durante el periodo. Estos dolores pueden acompañarse por algunas molestias en la zona de los riñones, como pequeños tirones.
Para aliviar el dolor podrás tomar un antiinflamatorio, aunque no será conveniente abusar de ello. Es preferible que te decantes por dormir más, adoptar una buena postura al trabajar o al acostarte en la cama, utilizar calzado cómodo, etc. También, podrás utilizar tratamientos naturales como una bolsa caliente o una manta eléctrica.
Algo muy normal, también durante la ovulación, es sentirte hinchada y que aumentes de peso y volumen. Se trata de un efecto pasajero, pero que podrá ser muy molesto. Los gases son un claro y muy habitual síntoma en esta etapa y que, también, está muy relacionado con la hinchazón. Para aliviar el aumento de gases podrás modificar tus pautas alimenticias, rechazando productos que contengan mucha fibra.