El colegio y el instituto no es una etapa fácil para todos los niños. A menudo, aquellos que son más introvertidos, tímidos o que se salen de la normalidad establecida suelen sufrir episodios de bullying por parte de sus compañeros. Esto ha hecho que el acoso escolar se esté convirtiendo en un problema cada vez más extendido dentro y fuera de las clases.
El problema radica en que puede que los padres no seamos conscientes de lo que nuestros hijos viven día a día. Muchas veces los niños son amenazados y, por ello, no cuentan lo que les está sucediendo y, mucho menos, a sus padres. Por ello, es muy importante mantener una buena comunicación con ellos, así como conocer los indicios que nos pueden indicar que están sufriendo bullying.
Es frecuente que los niños sientan vergüenza de contar lo que les está sucediendo. Pero hay ciertas conductas o comportamientos que nos pueden indicar que está sufriendo en clase. Por ejemplo, si tu hijo no quiere ir al colegio y pone excusas inventadas, como sentirse enfermo, lo mejor será hablar con él y preguntarle el motivo real por el que no quiere ir al centro. Se trata de generar una confianza para que pueda expresar, de manera verbal, qué es lo que le incomoda o por qué se siente mal.
Además, se pueden dar cambios en su comportamiento. Estos se producen de forma paulatina y van afectando poco a poco a su personalidad, que se verá modificada en un corto estado de tiempo y sin aparente explicación. También, puede ser que no quiera hablar con sus amigos de siempre o con su familia, cuando antes eran niños bastante extrovertidos, o que se ponga nervioso cuando tiene que ir al colegio, comenzando a presentar cambios de humor y muchas veces, también, tristeza.
En los adolescentes suele ser más complicado interpretar que sufren acoso escolar, aunque un indicativo claro será si tiene ataques de ira, violencia o se muestran muy irritables. Cabe destacar que estas actitudes puede ser parte de su cambio hormonal, pero hasta cierto punto, cuando sobrepasan la normalidad es cuando debemos estar más atentos. También nos puede indicar que nuestro hijo está sufriendo bullying si comienza a perder prendas de ropa u objetos que suele llevar al centro. En muchas ocasiones, los acosadores suelen quitarles material personal como medio de intimidación. Otro indicativo será que robe dinero en casa, otra forma de chantaje que tienen los acosadores.
El acoso escolar que sufren los niños suele ser psicológico. Por ese motivo, el síntoma más común suele ser el psicosomático. De forma más frecuente podemos encontrar malestar al levantarse, mareos y dolores de cabeza, problemas digestivos y desórdenes alimenticios, temblores y palpitaciones y alteraciones del sueño. También, podrían comenzar a desinteresarse por sus estudios, como consecuencia de la falta de concentración y atención.
Por tanto, los padres suelen enfrentarse a un momento muy complicado si descubren que sus hijos sufren bullying. Lo primero que habrá que hacer será no culpabilizar al niño ni tampoco a nosotros mismos. Que suceda un problema como este no quiere decir que haya que buscar culpables ni que hayáis fallado en algo de su educación. El niño debe sentir confianza y seguridad en su casa y gozar de un clima agradable. Además, tu hijo tendrá que saber que no está solo, que cuenta con el apoyo de su familia y del centro escolar. Y, por encima de todo, tener claro que siempre podrá pedir ayuda y ser atendido.
Si sabes que está siendo acosado, mantén la calma. No le muestres preocupación, el niño tiene que ver confianza, determinación y tranquilidad. Será muy importante acudir al centro educativo para hablar con su tutor y comentarle el problema. Él será quien te podrá dar una valoración de cómo se encuentra el niño en clase y si él sospecha algo. Además, te podrá poner en contacto con un profesional que te ayudará en tu problema. Por tanto, será fundamental mantener una comunicación fluida con el centro educativo, para que nos cuenten cómo va evolucionando el problema.
Solo con la colaboración mutua se podrá resolver la situación. Además, será muy importante educarles en la ‘no agresión’, en el respeto y en la aceptación de que convivimos con sociedades distintas. Por eso, se tendrá que poner especial atención en la tolerancia, la amistad y el respeto mutuo para que crezcan como adultos responsables y libres. El hogar será el principal refugio de los niños y donde recibirán el soporte necesario en cuanto a valores, amor y conductas.