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Los chupetes para fruta son una herramienta muy útil para aquellos bebés que comienzan a comer sólido y serán un excelente recurso a la hora de introducir diferentes alimentos al pequeño. Este tipo de producto reducirá el riesgo que puede sufrir el bebé en el momento en el que se lleva alguna pieza de comida a la boca. Será útil a la hora de hacer la transición del líquido al sólido y le permitirá sensibilizarse con otras texturas y sabores, mientras se reducen las tomas de pecho o de biberón. Este tipo de chupetes podrán comenzar a utilizarsse a partir de los seis meses, cuando el bebé comience la alimentación complementaria. Eso sí, para saber el momento adecuado, lo mejor será que consultes al pediatra, ya que será quien te dará las instrucciones más adecuadas.
La mayoría de tipos de chupetes para fruta suelen venir con un mango con un perfecto tamaño, que se ajustará a la mano del bebé. Además, estarán hechos de un material idóneo para evitar que se resbale. También, cumplirá las veces de ser un mordedor, para la etapa en la que los niños tienen un fuerte dolor en las encías porque le están saliendo los dientes. En este caso, será recomendable enfriarlo en el congelador o en la nevera para, así, aliviar de forma efectiva esta molestia que suele hacer llorar a los pequeños. En el mercado nos podemos encontrar con una infinidad de chupetes y, por eso, habrá que elegir cuál será el más adecuado para nuestro hijo.
Uno de los más utilizados es el chupete para frutas de silicona, muy recomendable para favorecer la transición de líquido a sólido. Si tu pequeño acaba de cumplir seis meses, este será el producto más ideal, ya que antes de ese momento solamente es recomendable la lactancia materna. Será poco el alimento sólido que se colará por sus agujeritos, que serán parecidos a un colador, con unos huecos muy pequeños. Por eso, tu bebé podrá morderlo y chuparlo sin correr ningún riesgo. Lo mejor será que coloques la fruta que más le guste, por ejemplo, una naranja o un plátano; también podrás incluir alguna verdura cocinada como unas zanahorias o unas patatas. Al final solamente quedará un poco de pulpa en el chupete, ya que lo demás será absorbido. Esto también ayudará a que tu bebé no tenga tanta ansiedad. Además, si a tu pequeño no le gusta tomar medicinas, esta será una buena opción para dárselas y colocárselas en el chupete junto a la ruta. De esta manera lograrás tu objetivo sin ningún problema.
También podrás encontrar en el mercado chupetes con una malla, ideales para cuando tu pequeño esté acostumbrado ya a distintos sabores. En este caso, el pequeño podrá disfrutar de pequeños trozos de comida. Además, se podrá utilizar a partir de los seis meses y el riesgo, como con el de silicona, será mínimo, ya que todos estos chupetes cuentan con un cierre de seguridad. Podrás colocarle frutas, verduras y galletas trituradas. También, podrás congelarlo y, así, el pequeño tendrá un helado de frutas que será muy rico. Con la malla se absorberá de mejor manera los nutrientes y su limpieza será muy fácil, ya que solamente habrá que desmontarlo, lavarlo en el lavavajillas o hervirlo un poco.
Debido a su infinidad de utilidades, en el mercado nos podemos encontrar muchas marcas que ofrecen este tipo de chupetes. Uno de los más comprados en el Munchkin, que destaca por venir con una malla muy resistente que te permitirá utilizarlo durante meses sin necesidad de un recambio. Además, el alimentador viene con una tapa hermética de bastante calidad, muy útil para paseos o viajes. Uno de los más baratos será el chupete Demarkt, que vale menos de un euro y está fabricado en silicona de grado alimentario.
Si estás buscando un chupete de malla, lo mejor será que te hagas con el de la marca Nuby, que tiene un sistema de doble giro y bloqueo a prueba de niños, solamente podrá ser un adulto quien abra esto. Dentro de este chupete se podrán introducir tanto piezas de fruta como trozos. Por eso, si el bebé tiene más de seis meses, será muy recomendable que os hagáis con uno de estos. Además, hará más fácil la transición de líquido y sólido.