La dieta de una embarazada no debería atender, en principio, a ningún cambio respecto a la alimentación previa al embarazo siempre que esta sea correcta y saludable. Pero lo cierto es que se trata de una etapa en la que el cuerpo de la mujer consume mucha energía, y eso hace que puedan aumentar las ganas de comer alimentos dulces, como el chocolate, con todos los pros y contras que conlleva.
Si estás embarazada y estás intentando prestar atención a tu alimentación y a tu salud en general, seguramente te preocupe saber si el chocolate u otro tipo de dulces puede resultar perjudicial para ti o para el bebé.
El excesivo consumo de azúcar es un problema para la salud en cualquier momento de la vida, aunque durante el embarazo puede entrañar riesgos añadidos. La bollería industrial y los refrescos o zumos envasados son ejemplos de aquellos alimentos que, en general, deberían estar excluidos de nuestra dieta, a menos que solo los tomemos en ocasiones puntuales.
Los dulces aportan muchas calorías y pocos nutrientes o ninguno. Así que ante la necesidad de tomar algo dulce lo aconsejable siempre será recurrir a la fruta que, además de contener azúcar, aporta vitaminas, fibra y minerales.
El aumento de peso que conlleva tomar más azúcar de lo que deberíamos en un problema de la población en general, pero durante el embarazo, además, el azúcar provoca desequilibrios en los niveles de glucosa y de insulina en la sangre. Esto puede causar la diabetes gestacional, que afecta aproximadamente al 6% de las embarazadas.
Se trata de una enfermedad metabólica que puede complicar tanto el embarazo como el parto, y afectar directamente a la salud del bebé: aumenta el riesgo de cesárea, puede haber lesiones en el canal del parto y el bebé puede tener un tamaño excesivo y presentar síntomas de hipoglucemia en sus primeros días de vida, entre otros problemas. El momento más delicado para abusar del dulce es en el tercer trimestre de embarazo.
Por todos estos motivos, sin que haya que prohibir el dulce, lo ideal es evitarlo en la medida de lo posible o tomarlo con moderación. Eso sí, entre lo que conocemos como dulces, en lo referente al chocolate podemos hacer la excepción, siempre que se cumplan ciertas condiciones.
Depende de cómo lo consumamos y el tipo de chocolate que elijamos, puede convertirse en un aliado, más que en un enemigo. En principio lo englobamos con el resto de alimentos dulces, pero no todos los chocolates son iguales y si damos con la opción correcta puede convertirse en un capricho de lo más saludable. De hecho, su consumo es muy apropiado durante el embarazo, siempre que no contenga demasiada azúcar y evitemos los excesos. Siendo así podemos considerarlo la alternativa ideal a cualquier otro tipo de dulce ultraprocesado o refresco azucarado.
Los beneficios que aporta el chocolate al organismo son los mismos con o sin embarazo, y está muy bien tenerlos en cuenta para disfrutar aún más de él:
A pesar de todas las virtudes que tiene el chocolate, sigue siendo un alimento dulce, que contiene grasas saturadas y que puede, entre otras cosas, provocar un excesivo aumento de peso.
Por otro lado, la cafeína es uno de los componentes del chocolate, y en dosis altas puede alterar la frecuencia cardíaca del bebé, lo que incrementa el riesgo de parto prematuro. Si el chocolate es muy amargo puede causar acidez estomacal, y en ese caso lo más sensato es dejar de tomarlo para evitar las molestias que esto provoca.
Cuando hablamos de los beneficios del chocolate no nos referimos, por desgracia, a cualquier chocolate. De hecho, la mejor forma de tomarlo es sin leche, con un elevado porcentaje de cacao (al menos el 70%) y sin azúcar. Puede que esa no sea tu idea inicial de disfrutar del chocolate, pero sin duda es la opción más saludable, y te aseguramos que, aunque es posible que al principio te resulte algo amargo, el paladar termina acostumbrándose y lo disfrutarás como una auténtica exquisitez.
Así que quedan descartados todos los chocolates que contengan leche, las chocolatinas y derivados y, por supuesto, el chocolate blanco al que, lamentándolo mucho, no se le puede considerar chocolate.