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No podemos negarlo, son tiempos difíciles para el sexo. Si no tenías pareja antes de la pandemia o no has encontrado tu media naranja cuando las medidas se relajaron hace unos meses, la situación actual obliga a renunciar a las relaciones espontáneas que impliquen contacto físico. Y sí, sabemos que el sexo es algo sensacional, pero hay sustitutivos que nos pueden hacer igual de bien.
Las relaciones sexuales van y vienen en la vida, aunque normalmente el deseo de tenerlas es algo más bien estable. La falta de sexo, en ocasiones, puede llevarnos a la frustración porque necesitamos que exista un deseo recíproco para llevarlo a cabo. Para evitarlo y seguir dándole a tu cuerpo y a tu mente todo el placer que se merece nada como descubrir todas aquellas cosas que te lo pueden proporcionar.
Es el más famoso de todos, pero no por ello debemos dejar de tenerlo en cuenta. No solo es que esté delicioso en cualquiera de sus versiones, sino que, además, contiene feniletilamina. Se trata de una sustancia química que va directa a tu cerebro haciendo que experimente una sensación de lo más placentera, y que los nervios y estrés desaparezca. La feniletilamina también es una hormona que produce nuestro cerebro, y que eleva sus niveles de manera llamativa cuando nos sentimos enamorados. Si esto no puede ocurrir de manera natural porque no tienes delante a esa persona que te tambalea los cimientos, puedes experimentar algo muy parecido gracias a una onza de chocolate.
El deporte debería formar parte de nuestra vida por un sinfín de razones que afectan a nuestra salud física y mental. Cada vez que hacemos ejercicio nuestro cuerpo libera endorfinas, también conocidas como la hormona de la felicidad, ya que nos hacen experimentar placer y bienestar. Por no hablar de que al practicar deporte liberamos dopamina, otra hormona que hace que sintamos cierta adicción por el ejercicio, algo similar a lo que ocurre con el sexo.
Y si todo esto fuera poco, hay estudios que afirman que algunas mujeres llegan a experimentar orgasmos cuando hacen ejercicio físico.
Piénsalo por un segundo y serás capaz de recordar el placer que has sentido en todo tu cuerpo tras un buen ataque de risa espontánea. Y es que el poder de la risa no está todo lo bien valorado que debería. Con ella, al igual que con el deporte, liberamos una gran cantidad de endorfinas, y encima sin tener que sudar la camiseta. Claro que las carcajadas no se pueden planificar, pero sí la predisposición a pasar un buen rato viendo una serie de humor o una buena peli de comedia. O con un encuentro, aunque sea virtual, con esas amigas con las que sabes que las risas no fallan nunca.
El tonteo de toda la vida es un generador de placer maravilloso. No podemos considerarlo una antesala del sexo, sino una actitud con sus propios fines que nos permite sentirnos guapas y deseadas. Y ya hemos aprendido mucho en estos últimos tiempos, y sabemos que hay muchas formas de seducir, incluyendo las videollamadas y las conversaciones por chat.
Hay diferentes estudios que afirman que una buena sesión de compras produce en muchas personas, sobre todo en mujeres, un placer similar al del sexo. Suena frívolo pero hay que rendirse a la evidencia. Eso sí, no vale todo. Al parecer, el tipo de compras que genera placer es aquella que hace el consumidor que se viene a llamar “inspirado”, es decir, el que realiza compras que ayudan a destacar su propia individualidad, y que no se limitan solo a seguir las tendencias.
Los masajes no son nada sexuales y, al tiempo, son piel al 100%. Además, los hay de diferentes tipos, pero siempre tienen como objetivo hacerte sentir placer y experimentar todo tipo de sensaciones. Déjate llevar por las manos de un profesional que sepa encontrar tus puntos claves y te deje tan relajada como una buena sesión de sexo.
Es una actividad obligada en toda buena noche de fiesta que se precie. Y es que pocas cosas hay tan divertidas como unos buenos bailes para hacer que nuestro cuerpo se evada, disfrute y se libere de todas las tensiones acumuladas.
Es cierto que bailar con amigos aumenta el placer y la diversión, pero poner tu música preferida en casa, sin la presión de que nadie mire y permitirte tus coreografías más espontáneas y desatadas no tiene precio. Así que sube el volumen de tu reproductor de música y deja que tus endorfinas te acompañen en el baile.
Bailar ayuda a descargar tensiones, a liberar endorfinas y a sentirse bien. ¿No tienes plan en pareja? Sal a bailar, ríete y disfruta.
Nos encanta conocer todo aquello que nos puede dar placer cuando no tenemos una pareja con la que practicar sexo. Pero es que tampoco necesitamos de otra persona para tenerlo, porque para masturbarnos en la más absoluta intimidad no hace falta nadie más.
De hecho, es un auténtico placer del que puedes disfrutar por tu cuenta o con la inestimable colaboración de todo tipo de juguetes eróticos, como succionadores o dildos. De hecho, echar un vistazo al catálogo de las tiendas especializadas ya es toda una experiencia muy similar al propio acto sexual.