Disciplina positiva en pareja, una aliada para mejorar la vida en común: consejos y principios para aplicarla día a día
La disciplina positiva es una herramienta que siempre se ha aplicado a la educación de los hijos. Pero, ¿puede llevarse a la vida en pareja?
Lo cierto es que sí y será muy beneficioso para la pareja, ya que aprenderán a ser agradecidos y a ver las cosas buenas del día a día.
Para llevarla a cabo será esencial una buena comunicación y, sobre todo, ganas para mejorar o cambiar aquello que no marcha del todo bien.
La disciplina positiva ayudará a los adultos a tomar conciencia de sus sentimientos y a entender cómo estos suponen influencia en su desarrollo y crecimiento. Se trata de una disciplina que se suele aplicar a la educación de los hijos, ya que nos ayudará a comprender la conducta inadecuada de los más pequeños, promoviendo actitudes y estrategias positivas de interacción humana. De esta forma, se conseguirán las herramientas suficientes para manejar las destrezas sociales.
Así, si se lleva a cabo esta técnica habrá que ser amable, eficaz y firme, al mismo tiempo, y enseñar competencias sociales como el respeto por los demás y la habilidad por resolver problemas. Además, habrá que poner en valor las soluciones y no los castigos. Pero, ¿se puede incorporar esta disciplina a los mismos padres? Lo cierto es que sí, la disciplina positiva también existe en las parejas.
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La llegada de los hijos podrá descolocar la vida en pareja
Es muy probable que, según va creciendo la familia, la relación de pareja vaya cambiando o evolucionando. Habrá algunas personas que lleven bien este cambio, pero, también, podrá convertirse en todo un problema para los padres. Así, podrán sentirse física y emocionalmente desbordados y no terminen de encontrar su espacio. Por si fuera poco y muy probablemente, el descanso también se verá afectado y esto podrá provocar situaciones de tensión, complicadas para la pareja.
Gracias a la disciplina positiva se podrá aprender que cada persona tiene una lógica privada que le hace interpretar la realidad, montar un sistema de creencias y, también, tomar decisiones. También, dentro de esta disciplina, será muy importante comprender que cada persona tiene sus propias experiencias previas y que cada uno tiene sus plantillas de personalidad que harán que reaccione de una forma diferente. Además, la disciplina positiva también podrá mejorar la forma que tenemos de relacionarnos con los demás. De esta forma, se podrá tratar a todo el mundo que nos rodea de una forma más amable, firme, digna y respetuosa.
El cuidado de la relación será esencial
Pero, ¿cómo se puede aplicar esta disciplina en nuestro día a día? Lo cierto es que habrá que basar este cambio en el autocuidado. Será muy importante comprender cuándo la otra persona está enfadada o estresada. Habrá que tener claro que la otra persona necesita su espacio para desarrollar las actividades que más le gusta y que, probablemente, quiera hacerlo solo o rodeado de amigos. Además, será importantísimo saber escuchar y, sobre todo, hacerlo de forma activa.
Habrá que valorar muy positivamente la honestidad emocional, es decir, la capacidad de exponer cómo nos sentimos de una forma educada, sincera y pensando siempre en la otra persona y en ti mismo, claro. Además, será muy importante ser agradecido y no solamente en la vida de pareja, sino en el día a día. Por eso, no habrá que olvidarse nunca de un ‘gracias’ o de poner en valor lo que la otra persona hace por nosotros. Aunque sean pequeños detalles que formen parte de la rutina, no habrá que olvidar se agradecidos.
Disfrutar de tiempo especial a solas es clave
Otra técnica, que suele usarse con los más pequeños, es la de preguntar. Sí, también podrás preguntar por curiosidad a tu pareja qué necesita o cómo puedes ayudarle. Además, será muy importante disfrutar de un tiempo especial para ambos, es decir, poder salirse de la rutina y encontrar ese espacio para dos, lejos de niños y de responsabilidades.
Es fundamental aceptar a la otra persona tal y como es
Será esencial asumir la responsabilidad consciente y, también, aprender de todos los errores. De la misma forma, habrá que aprender a aceptar a la otra persona y comunicar aquello que puede molestar. La otra persona no lo sabrá si no lo comunicas.
Enfocarse en las soluciones ayudará a resolver problemas
Será importantísimo enfocarse en las soluciones para poner fin a las diferencias, siendo lo más importante que hagáis el enfoque adecuado. Es decir, en vez de centrarse en aquello que ha molestado, habrá que prestar especial atención a cómo cambiar eso. Para ello os tendréis que sentar y explicar cómo os sentís, algo que también podréis hacer con vuestros hijos.
De la misma forma, habrá que aprender a disfrutar de las cosas pequeñas que suceden en la vida, en el día a día y que, muchas veces, pasan desapercibidas. Educar a los hijos podrá ocuparos la mayor parte de vuestro tiempo, pero no tendréis que olvidaros de seguir construyendo vuestra relación y fortaleciéndola con aspectos positivos. Podrán existir discusiones, puntos de vista diferentes y roces, pero la disciplina positiva se centrará en explotar todo aquello bueno y positivo y cambiar los hábitos para crear una pareja que se entienda y más sana.