Transexualidad en menores, ¿cómo afrontarlo en familia?
La transexualidad es una realidad que puede darse en cualquier momento de la vida, y cuando se produce en menores, los padres son el mayor apoyo que el niño o la niña puede tener.
Para muchos padres la desinformación les impide abordar la transexualidad de su hijo o hija como les gustaría.
Te contamos cómo podéis afrontarlo para acompañar al menor en todo momento, dándole vuestro amor, apoyo y protección.
Aunque como sociedad nos haya llevado tiempo asumirlo (y aún parece que estamos en ello), la transexualidad es una realidad visible que puede manifestarse en cualquier momento de la vida, tanto de niños como de adultos. Nunca es pronto ni tarde, pero cuando la transexualidad se da en menores, la falta de información y miedos de diferente índole hacen que muchas veces las familias no sepan cómo actuar.
Se dice que una persona es transexual cuando su identidad sexual no se corresponde con la que le asignaron al nacer. Es en torno a los dos años cuando la identidad sexual se asienta, y a partir de ese momento un niño o una niña puede manifestar de diferentes maneras que es transexual.
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Cuando se perciben señales de que nuestro hijo o hija puede ser trans, o lo verbaliza porque ya tiene la capacidad y las herramientas para hacerlo, el deber de sus padres es estar ahí para acompañarlos y protegerlos en todo su proceso vital. La mayoría no sabe cómo afrontar la situación, por eso la primera recomendación es acudir a alguna de las diferentes asociaciones de familias de menores transexuales, como Chrysallis o Euphoria, donde podremos resolver todas nuestras dudas y conseguir el asesoramiento necesario para ser los mejores acompañantes de nuestro hijo o hija.
En estas asociaciones cuentan, entre otras muchas cosas, con guías para las familias, donde desarrollan toda la información que podáis necesitar como punto de partida. Desde Euphoria, por ejemplo, tratan en su Guía de Acompañamiento al Menor aspectos como los que te contamos a continuación y sobre los que podrás ampliar todo lo que necesites si te pones en contacto con ellos.
Las señales
Desde Euphoria hablan de señales para referirse a todo aquello que puede hacernos pensar que nuestro hijo o hija es trans, cuando aún no se ha producido una verbalización elaborada. Juegos de rol, gustos y preferencias pueden ser las pistas que nos permitan prepararnos a nosotros y facilitarle a él o ella el camino que comienza. En ocasiones juegan con un rol del sexo opuesto, o se proyectan en él en un futuro. A veces no muestran una identidad de género, y eso también se puede considerar una señal. Pero mientras no exista una verbalización no podemos determinar que nuestro hijo o hija es trans.
Acompañar la verbalización
La verbalización por parte del niño o de la niña de no sentirse identificado con el género asignado al nacer puede ser de diferentes tipos, dependiendo de la edad, de la capacidad que tenga para asimilar la información de la que dispone, o su propio carácter. En la primera infancia, por ejemplo, la verbalización suele ser más directa y se refieren a sí mismos con el género con el que se identifican, no con el asignado.
Más adelante se proyectan en el futuro, bien con el género con el que se identifican, bien manifestando que en el futuro les gustaría ser un niño, cuando son niña, y al contrario. En ocasiones son capaces, desde muy pequeños, de manifestar de forma clara cuál es su identidad sexual.
En todos los casos anteriores, la pauta principal es no reconducir ni corregir nunca la forma en la que expresa su género. Del mismo modo, hay que evitar las muestras de tensión, malestar o los silencios. Nuestro hijo o hija no va a dejar de ser trans por esto, pero su concepción de sí mismo se llenará de miedos y angustia que pueden derivar en serios problemas para él o ella.
Cómo acompañarles
Para respetar a nuestro hijo o hija y acompañarlo es necesario mirarle y escucharle desde el afecto, eliminando nuestro prejuicios. Para ello es fundamental, como decíamos antes, buscar información que nos ayude a conseguirlo plenamente.
Si observamos señales pero no termina de verbalizar que es trans, puede que le falte información suficiente para hacerlo. Como padres podemos introducir el tema en las conversaciones, adaptándonos a su edad. Hablar del tema no es incitarle a nada, ni confundirle, es darle herramientas para que puedan identificar y expresar lo que sienten.
Es importante no corregir su comportamiento ni su forma de utilizar el género. De hecho, si aún no lo ha expresado pero intuimos que es trans, podemos ayudarle dejando de usar nosotros marcas de género. En el momento en el que nos ha comunicado su identidad, es la que debemos utilizar a partir de entonces para referirnos a él o a ella.
Hay que respetar su ritmo, asegurándonos de que lo sigue libremente, y no condicionado por miedos o presiones de ningún tipo.
El tránsito social
Se conoce así el momento en el el niño o la niña comienza a vivir en todos los ámbitos sociales con su nueva identidad. Es habitual que se proponga una modificación del nombre y de la vestimenta, pero esta fase, aunque pueda no parecerlo, no es complicada cuando todas las personas adultas de su entorno estén implicadas.
Para ello podemos ir allanando el camino, además de pactar con él o ella un plan de acción adecuado a su ritmo. Y en cuanto a la forma de explicarlo, no hay que complicarse, ya que no hay nada mejor que expresarlo de una manera sencilla y clara.
En todo lo que llevéis andado y en lo que quede por venir, no olvidéis que vosotros vais a ser siempre su mayor referencia y apoyo.