El sueño de los más pequeños será fundamental. Pero, eso sí, no siempre será una tarea fácil de conseguir y suele convertirse en el tema que más preocupa a los padres. Cuando a un bebé lactante le cuesta dormir y se despierta muy a menudo, el descanso de los progenitores será muy complicado, por eso, será muy importante encontrar las formas adecuadas para hacer que el pequeño se duerma de forma fácil, rápida y segura.
Lo primero que habrá que valorar es que cada bebé es un mundo y, por eso, cada uno tendrá su propio patrón de sueño. Las complicaciones para dormir de los bebés se pueden dar en dos ocasiones: por el día y por la noche. Así, es muy habitual que al pequeño le cueste mucho dormir durante el día debido a que hay luz y a que la estimulación ambiental capta su atención y le mantiene despierto. También, puede ser que el bebé no duerma bien por la noche, cuando es el periodo más largo, impidiendo que duerma de seguido o que se despierte varias veces.
Pero, ¿por qué mi bebé no concilia bien el sueño por las noches? Esto podrá darse debido a factores muy variados, como, por ejemplo, el hambre. Los pequeños suelen tener hambre cada tres horas y, durante las primeras semanas, los especialistas recomendarán despertarlo para alimentarlo. Eso sí, cuando va aumentando de peso, lo más recomendable será que duerma en periodos de sueño más largos. También podrá despertarse si se siente incómodo por tener el pañal sucio.
Los bebés, hasta los tres meses, suelen dormir entre 14 y 17 horas cada día, aunque algunos pueden llegar a dormir hasta 19 horas al día. Para hacer dormir al bebé, lo más recomendable será que el pequeño se acueste en la misma habitación que sus padres, pero eso sí, no dentro de su cama. Según la Asociación Española de Pediatría (EAP), dormir en la cuna cerca de la cama de los padres disminuye en más de un 50 por ciento el riesgo de muerte súbita o síndrome de muerte súbita del lactante.
Una vez que ya tengas instalado al bebé, lo mejor será que sigas una serie de consejos. Lo más recomendable será que sigas siempre la misma rutina de actividades relajantes justo antes del sueño. Así, poco a poco, el bebé asociará todos estos movimientos con el momento de dormir, que tendrá que ser de lo más relajante. Por ello, será importantísimo crear una esfera tranquila y tener estímulos ambientales como la luz, el sonido, pero de forma muy tenue y suave.
De la misma forma, es recomendable que el pequeño duerma en su cuna. Sí que es cierto que el bebé puede comenzar el sueño en sus brazos, pero esto deberá cambiar con el paso de los minutos. Como ya hemos comentado, lo más recomendable será que el bebé duerma en la misma habitación de los padres y que esta superficie esté adaptada a sus necesidades.
Será importantísima la forma en la que se tumbe al bebé. Lo mejor será que el pequeño duerma de decúbito supino, es decir, sobre la espalda. Además, habrá que evitar que este duerma boca abajo. De la misma forma, la cabeza tendrá que estar de lado y no siempre en la misma posición, para disminuir el riesgo de plagiocefalias.
Otro aspecto que habrá que tener en cuenta será la temperatura de la habitación. Esta tendrá que ser confortable, es decir, ni muy alta ni muy baja. Por eso, lo mejor será que duerma a uno 22 grados, más o menos. También, será esencial que su ropa se adapte a la temperatura y habrá que comprobar si suda o tiene síntomas de frío.
En el caso de que sea muy complicado que concilie el sueño, lo mejor será el uso de chupete. La Asociación Española de Pediatría afirma que el chupete favorece la adecuada posición de la lengua y la respiración, disminuyendo el riesgo de muerte súbita. Eso sí, si el pequeño no quiere chupete, no habrá que forzarle.
Si ves que tu bebé está todo el rato llorando, lo mejor será que compruebes por qué sucede esto. De esta forma, habrá que darse cuenta si hay alguna causa que lo justifique. Si no la hay, lo mejor será esperar unos minutos para ver si el pequeño se puede tranquilizar solo.
Lo más importante será conocer bien al bebé. Habrá en ocasiones en las que la situación te pueda superar, pero será esencial conocer por qué tu bebé está tan irritable. Esto se puede dar a que pasa demasiado calor en la cuna, tiene cólicos o no se encuentra del todo cómodo.