¿Cuál es la mejor forma de arropar a un bebé recién nacido para dormir?
Arropar correctamente a un recién nacido es una preocupación habitual para los padres.
Queremos que no pasen frío, pero abrigarles en exceso tampoco es recomendable.
Además, hay objetos, como las sábanas, que pueden ser muy peligrosos hasta que el bebé no es mayor.
Cuando llega la hora de dormir, una preocupación habitual es cómo arropar al recién nacido de la mejor manera. Que la temperatura sea la adecuada, sin que el bebé pase calor o frío, que no se destape pero no taparle demasiado o que no haya nada que suponga un peligro para el pequeño puede convertirse en un auténtico quebradero de cabeza. Además un bebé que duerme con cualquier tipo de incomodidad se va a despertar más a menudo de lo habitual. Por eso te contamos a continuación cómo puedes arropar a tu recién nacido para procurar su descanso y el tuyo.
Evita los objetos peligrosos
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Y con esto nos referimos a cualquier objeto. Nada de juguetes, ni siquiera los que son blandos y suaves, ni la ropa de cama que queda suelta, ya que existe el riesgo de asfixia o estrangulamiento. Olvida las mantas, edredones o colchas, al igual que los protectores que se atan a los barrotes. Los bebés no tienen ningún control de sus extremidades, así que no podrán destaparse si lo necesitan, ni liberarse si se quedan enganchados a algo. Algunos expertos recomiendan no utilizar ningún tipo de sábana o manta hasta los 18 meses.
La ropa para dormir
La ropa que elijas ha de ser de algodón 100%, no muy ajustada y sin cintas ni cordones. En invierno puedes utilizar un body y sobre él un pijama que le cubra también los pies. Los días de entretiempo, cuando no hace mucho frío, no necesitarías nada más. Del mismo modo, en las noches calurosas de verano, con un body de manga corta o un pijamita fresco tendrá más que suficiente.
Para taparse, un saco
Ya hemos dicho que no hay que dejar ninguna prenda que quede suelta en la cuna. Nada de mantas, sábanas, colchas, etc. Por eso, la mejor opción para que nuestro bebé duerma calentito cuando hacer frío de verdad, es un saco. En realidad hay sacos de diferentes grosores, incluso muy finitos para el verano, por lo que no hay ninguna necesidad de cubrir al recién nacido de otra manera.
Los sacos para bebés son seguros, transpirables y permiten que el recién nacido se mueva con total libertad sin que exista peligro alguno. Valora el tipo de grosor que necesitas según la temperatura de la casa, que siempre es distinta la del exterior.
No le abrigues en exceso
Es cierto que la temperatura corporal del recién nacido es un par de grados más baja que la de un adulto, pero eso no significa que haya que abrigarlo en exceso, porque su cuerpo no es capaz de regularse. Si le abrigas demasiado, su temperatura puede subir hasta provocarle fiebre. También pueden aparecer erupciones en la piel del bebé a causa del exceso de sudor. Por eso es importante adecuar la ropa de abrigo a la temperatura real de la habitación en la que duerme
Si se duerme fuera de casa
Cuando el bebé duerme una de sus siestas durante el día y esta coincide con un paseo en carro, siempre que le estés mirando le puedes tapar con un arrullo, toquilla o mantita. Para el invierno hay sacos para el carrito que le permitirán ir lo suficientemente abrigado. Recuerda que las temperaturas cambian en el interior y en el exterior, y que va a depender de dónde esté la manera de abrigarlo.