Vestir a un recién nacido puede resultar complicado en cualquier época del año, pero seguramente es en verano cuando más dudas tenemos acerca de qué ropa elegir para el bebé. Para que no pase frío ni calor es imprescindible contar con las prendas adecuadas, para afrontar los cambios de temperatura que se producen a lo largo del día.
Es cierto que los recién nacidos tienen algún grado corporal menos que un adulto, pero abrigarlo en exceso tampoco es conveniente. Si el bebé está sobrepasado de calor puede tener molestias, sarpullidos o deshidratarse. Si está demasiado expuesto al sol puede quemarse, y si bajan las temperaturas y no está lo suficientemente abrigado, resfriarse. Por eso, evita que el sol le dé de manera directa y no le dejes en una zona de corrientes de aire.
Los tejidos que elijas también son muy importantes. Las prendas de algodón 100%, ligeras y cómodas, van a ser siempre la mejor opción. Le ayudan a regular la temperatura, son transpirables y, muy importante en cualquier época del año, respetuosas con su delicada piel. Además, procura que la ropa sea de colores claros para que se mantenga más fresco, ya que los colores oscuros absorben el calor con facilidad. A continuación, te contamos qué prendas te pueden ayudar a que este verano tu bebé se sienta siempre a gusto, sin pasar ni frío ni calor.
Los conjuntitos que utiliza el bebé en su primeros días de vida son los que debes llevar contigo al hospital. Es cierto que estamos hablando de no abrigarlo demasiado, pero nada más nacer se enfrenta a un gran cambio de temperatura tras nueve meses en la barriga de su mamá, y es necesario abrigarlo un poquito más. Un pelele de manga larga de algodón fino puede ser perfecto, al igual que un body de manga larga con unas polainas.
El body es la prenda que más utilizan los bebés, sobre todo en los primeros meses. De manga larga en invierno, corta en primavera y de tirantes en verano, son imprescindibles. Evidentemente, han de ser de algodón, y siempre de su talla. Es decir, le ha de quedar ligeramente holgado, pero no muy grande y, por supuesto, nunca estrecho. En otras épocas del año es una prenda interior, pero en verano puede ser la única ropa que lleven para ir cómodos y fresquitos.
También puede servirte una muselina o sabanita de algodón. La idea es que tengas siempre una a mano para poder cubrir al bebé, sin que resulte excesivo, si baja la temperatura o entráis a un sitio con aire acondicionado. De esta manera puede ir fresco cuando haga calor, pero ser tapado de manera sencilla y efectiva cuando sea necesario.
Las ranitas son una especie de braga-pantalón que cubre el pañal y permite que el bebé vaya vestido pero sin pasar calor. En la parte de arriba puede llevar una camisa ligera de manga corta o de tirantes.
Los vestidos de tirantes también son fresquitos y suelen llevar la ranita a juego. Es importante que no sean largos para no cubrir las piernas. Si necesitas abrigarlas es mejor que optes por un pelele.
Este es uno de los momentos más delicados, ya que la temperatura puede cambiar a lo largo de la noche. Si el calor es evidente y constante, el bebé puede dormir solo con el pañal. Puedes utilizar un pijama fino o un saco de algodón ligero para que no pase frío. En cualquier caso, asegúrate de que se acuesta bien hidratado y que la habitación está ventilada.
Los recién nacidos no necesitan zapatos de ningún tipo puesto que no caminan, y solo podrían molestarles y sobrecalentarles. Si crees que refresca y necesitan cubrirse los pies utiliza unos calcetines o unos patucos finos de algodón. Ya tendrán tiempo de usar todo tipo de zapatos.