El 80% de las mujeres tienen, alguna vez de su vida, el Virus del Papiloma Humano (VPH). En la mayoría de ocasiones, no suele provocar ninguna complicación, ya que desaparecerá con el paso del tiempo. Pero en algunos casos, el virus suele prevalecer porque el cuerpo no es capaz de eliminarlo y es, en ese momento, cuando se produce una lesión. Esta suele verse con una citología, donde se detecta esta lesión precancerosa. Los especialistas valorarán tu situación, pero lo más probable es que te tengas que someter a una conización de cuello de útero.
La Asociación Española de Patología Cervical y Colposcopia explica que la conización cervical se realiza a mujeres a las que se les ha diagnosticado una infección precancerosa o premaligna en el cuello del útero. Estas lesiones suelen aparecer como consecuencia de una infección persistente por el Virus del Papiloma Humano (VPH), que se adquiere al mantener relaciones sexuales sin protección. El objetivo de la conización es doble; por un lado, se tratará de un tratamiento de lesiones premalignas del cuello del útero, que tienen una evolución espontánea y que pueden suponer un riesgo de desarrollar cáncer de útero. Por otro lado, servirá para dar un diagnóstico definitivo de la lesión y, en casos excepcionales, permite descartar la existencia de un cáncer de cuello de útero muy incipiente.
La intervención se basará en la extracción de forma cónica de la parte externa del cuello del útero y de una parte interna, correspondiente al canal o endocérvix. La conización es totalmente indolora, ya que para su realización se administra una anestesia local en el propio cuello del útero. La única molestia que se notará será por el separador vaginal necesario para ver bien el cuello. Se trata de la técnica más utilizada, ya que no es invasiva y se realiza de forma ambulatoria, por lo que no será necesario quedarse ingresada.
Además, en la mayoría de ocasiones, la conización no tendrá ninguna complicación para la paciente. Aquellas que son inmediatas, que se pueden dar durante la propia intervención y que son muy infrecuentes son la hemorragia, la lesión en las paredes vaginales y la reacción a alguno de los fármacos utilizados. A corto plazo, durante los días después de la intervención, será posible que se produzca una hemorragia, que ocurrirá en el dos por ciento de los casos. También, se puede dar la infección de la herida. A largo plazo, meses o años después de la conización se podrá observar un estrechamiento del canal cervical y abortos o partos prematuros. Eso sí, no se ha demostrado ningún efecto sobre la vida sexual.
Lo más recomendable para el paciente, antes de la conización, será que se realice un estudio preoperatorio básico. Además, también tendrá que informar al médico si presenta algún signo inflamatorio que indique infección en la vagina. Será ideal acudir a la cita acompañada por alguien de confianza; si se va a realizar la intervención con anestesia local, lo mejor será ayunar en las ocho horas previas a la conización. Después de la intervención, lo mejor será que se mantenga un reposo, especialmente entre los tres y los cuatro primeros días. Tampoco se podrá sumergir en agua o realizar duchas vaginales, así como tampoco tener relaciones sexuales durante las primeras cuatro semanas de tratamiento.
Será normal el sangrado vaginal escaso o moderado o la pérdida de un flujo rosado. Deberás consultar a tu médico si presentas sangrado abundante que no cede con reposo, con mal olor y muy abundante. Otro motivo de consulta será el dolor abdominal persistente o la fiebre. Después del tratamiento, la lesión podrá quedar totalmente curada, algo que ocurre en más del 90% de los casos. Aunque, en general, las mujeres que han sido tratadas de una lesión cervical precancerosa tienen más posibilidades de que esta se vuelva a reproducir. Por eso, lo mejor será acudir a revisiones de cuando en cuando. Con el fin de reducir el riesgo de que se produzca una segunda lesión se recomienda el uso de preservativos, la píldora anticonceptiva, dejar de fumar y administrarse la vacuna contra el cáncer de cuello de útero.
Esta vacuna reducirá en un 60 y 80%, el riesgo de nuevas lesiones en aquellas mujeres previamente tratadas. Las razones para vacunarse con variadas, ya que las que no lo hagan tendrán más posibilidades de contraer una nueva infección por VPH. Además, a mayor edad, presentarán una menor capacidad para eliminar este tipo de infecciones. Eso sí, la vacuna no curará tu lesión actual, pero su objetivo será reducir el riesgo de nuevas infecciones y lesiones por el VPH.
Debido a que las mujeres se embarazan a edades más avanzadas, las posibilidades de haber sido sometidas a una conización son cada vez mayores. Pero, ¿tiene alguna consecuencia en el embarazo? Lo cierto es que la mayoría de los estudios apuntan que los casos de embarazos complicados fueron casos controlados o muy pequeños. Además, un metaanálisis reciente de Kyirgiou y col., mostró cierto riesgo de partos a pretérmino, bajo peso al nacer y ruptura prematura de las membranas. Aún así, todavía no se han realizado los suficiente estudios para dar una solución formada. Pero eso sí, en la mayoría de mujeres estudiadas, estas pudieron quedarse embarazadas sin problema y su embarazo transcurrió con total normalidad.