Es muy probable que, si tienes un gato, te hayas parado a pensar cómo será la bienvenida que dará el animal a tu bebé recién nacido. Lo cierto es que si te has querido quedar embarazada esta será una situación común y de tus preocupaciones. Es muy normal que temas por lo que pueda pasar y por si el felino no acepta del todo bien la llegada del recién nacido. Pero, con una serie de pautas, esto no tiene que suponer ningún problema. Lo mejor será que tú misma fomentes esa buena relación entre el humano y el animal, preparando a este a este último para la llegada del pequeño.
Será muy lógico tener dudas sobre el posible comportamiento que va a tener los felinos, aunque cabe destacar que estos son poco dados a los cambios y tampoco sufrirán en exceso, ya que tienen un carácter muy solitario. Para que la convivencia entre los gastos y los bebés sea lo más cordial posible, lo primero que tendrás que asumir es que el animal no entenderá bien lo que está pasando ni quién es ese bebé que ha llegado a sus vidas.
Esto será porque el pequeño emitirá sonidos extraños, llorará a deshoras y habrá nuevos olores en la casa. El recién nacido tendrá un comportamiento muy impredecible, tanto para sus propios padres como para el animal, que merodea por la casa y al que el bebé puede considerar como si de un juguete que se mueve a su alrededor se tratara.
Cuando el bebé llegue a casa, todas esas rutinas que tiene el gato podrían cambiar por completo. Sí que es cierto que puede ser que se quede un poco más apartado, ya que, en ese momento, no es el protagonista de la casa. Eso sí, la adaptación con el bebé será considerablemente más fácil, ya que irá aprendiendo a base de ‘ensayo-error’.
Para que todo vaya bien en esos primeros momentos de convivencia, será muy importante estar muy pendientes de ellos y, sobre todo, evitar que se quedan solos. Normalmente, si al gato no le gusta estar cerca del bebé, lo más probable es que trate de evitarlo. Eso sí, tenemos que tener en cuenta que el recién nacido será quien tenga más interés de los dos. Lo fundamental será seguir prestando atención al gato, apostar por mejorar su enriquecimiento ambiental, pasar tiempo con él y estimularle física y mentalmente. Es obvio que no se va a poder evitar el cambios, pero sí que podemos asociar esa llegada del bebé con algo positivo. Por eso, los primeros acercamientos serán fundamentales. Lo mejor será volver a casa con una mantita o ropa que el pequeño haya utilizado y ofrecérsela al gato para que la huela y que comience a familiarizarse con su olor.
Será ideal que, mientras se está produciendo este momento, ofrezcamos al gato todo nuestro cariño y amor e incluso algún tipo de premio. De esta manera, la convivencia entre el bebé y el gato será mucho mejor. Debemos tener en cuenta que esos primeros momentos serán importantísimos. Lo más probable será que el gato se acerque al pequeño, cuando este llegue a casa, a ver qué sucede y a olerle, como buen animal curioso.
En el caso de que el animal trate de tocar a tu hijo tendrás dos opciones. Lo primero será que, si te fías de tu gato, lo apartes de forma suave, sin que se altere. Pero en el caso de que sea un animal muy asustadizo, no debes forzar su comportamiento. Deja que el gato supere sus miedos poco a poco y tarde o temprano comenzará a acercarse al bebé de forma natural. Además, la atención del gato al niño no debe ser demasiado larga. Por eso, lo mejor será distraer la atención del gato.
Deberéis ser muy pacientes y tomar las medidas oportunas entre el bebé y los gatos. Esto evitará ciertos riesgos y que la convivencia se convierta en un infierno. Lo mejor será que no quites el ojo encima del bebé cuando el gato está cerca. Además, deberás comprobar si en la piel del bebé aparece alguna reacción, ya que podrá ser que el pequeño tenga algún tipo de alergia. Antes de que llegue el bebé, trata de reajustar los horarios del gato o lugares en los que come y hace sus necesidades. Además, el gato deberá acostumbrarse tanto al olor como al sonido del pequeño. También, será muy importante cortar las uñas del animal con cierta asiduidad para minimizar el riesgo de arañazos. Cada gato será un mundo diferente y teniendo en cuenta su carácter y personalidad, podrás prever ciertos comportamientos respecto al bebé.