Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) siempre recomiendan la lactancia materna exclusiva, aunque es cierto que muchas mujeres no pueden amamantar o deciden no dar pecho y hacen uso de la leche de fórmula. Esta decisión no es menos valiente que la anterior, sino que será diferente. Por eso, si te has decantado por darle leche de fórmula a tu pequeño o, por el contrario, has utilizado un sacaleches y has guardado tu propia leche, tendrás que hacerlo a través de un biberón.
Si te has decantado por darle leche de fórmula a tu bebé, lo primero que tendrás que saber es que existen dos tipos de leche de fórmula. Nos podemos encontrar con las fórmulas de inicio y, también, con las fórmulas de continuación, la primera de ellas será recomendada para pequeños desde su nacimiento hasta los seis meses de edad; mientras tanto, las fórmulas de continuación serán recomendables para los bebés a partir de los seis meses hasta el año de vida. A partir de los doce meses, y tal y como recomienda la Sociedad Pediátrica Europea de Digestivo, Gastroenterología y Nutrición, habrá que darle al niño leche de vaca. Por eso, solamente hay que preparar los biberones con leche en polvo hasta el año de edad.
Una de las preguntas que más nos podemos hacer, y más en los tiempos que corren, es si será necesario esterilizarlo todo antes de darle el biberón a nuestro pequeño. Lo cierto es que no será obligatorio, pero sí será recomendable limpiar muy bien el biberón después de su uso, tanto el repiente como la tetina. Para ello, deberás emplear agua y jabón, asegurándote que no quedan restos de leche o de otros productos que podrán ser perjudiciales para el bebé. También, podrás meter los biberones en el lavavajillas, siempre y cuando así lo recomiende el fabricante. La esterilización será recomendada para eliminar las bacterias que puedan contaminar el biberón. Eso sí, antes de preparar el biberón a tu hijo, lo que sí tendrás que hacer será lavarte bien las manos con agua y jabón.
Si te has decantado por una leche de fórmula debes saber que todas ellas se preparan de la misma manera. La proporción de agua y de cazo es siempre la misma. Por eso, se debe poner 30 mililitros de agua por cada cacito raso de polvo. Por eso, los biberones se prepararán siempre de 30 en 30. Cabe destacar que si en el sitio donde vives el agua del grifo no es recomendada para su consumo, no podréis usarla para el biberón. En el caso de que os decantéis por un agua embotellada, lo mejor será elegir aquella que tengan un bajo contenido en sales. Además, las diferentes marcas de leche de fórmula recomiendan hervir el agua antes de usarla. Para poder diluir bien los polvos de leche debéis calentar primero el agua. También, será recomendable probar la temperatura del agua antes de dar el biberón al pequeño. Aún así, si queréis siempre os podéis hacer con un calientabiberones, que será mucho más cómodo y unificará las tareas. Una vez que tengas el agua caliente del biberón, lo siguiente que tendrás que hacer será añadir los polvos y agitar para que no quede con grumos.
En el caso de que sea tu leche materna lo que quieras introducir en el biberón lo mejor será que te hayas sacado esa leche a través de un sacaleches y esté conservada en la nevera o en el congelador. Una vez descongelada, al baño maría, habrá que ponerlo en el biberón y comprobar si está a la temperatura adecuada. Si la leche estaba en la nevera, para calentar el biberón también será el baño maría la mejor opción. Una vez que ya está todo preparado tendrás que saber que el bibe habrá que darlo a demanda y habrá que buscar una posición cómoda tanto para el bebé como para la madre. Será muy importante escoger la tetina adecuada y que tenga un flujo suficientemente rápido para que la toma no se prolongue mucho tiempo. Si decides irte de casa, lo mejor será que prepares el biberón antes y lo mantengas el mayor tiempo posible caliente.