Durante el embarazo, además de la evolución del bebé habrá que estar muy pendiente de nuestra propia salud. Por eso, una de las zonas a las que habrá que prestar más atención es a la boca. Esta podrá verse afectada, aún más, durante esos meses de gestación. Ya de por sí, esta parte de nuestro cuerpo es bastante delicada y requiere de una atención especial. Se necesitará, al menos, una revisión cada año, al igual que una limpieza bucodental profunda. Esto ayudará a olvidarnos de las posibles complicaciones que se pueden producir, como pueden ser caries o la molesta inflamación de encías.
Sí que es cierto que dos de cada diez mujeres, cuando están embarazadas, sufren algún problema bucodental durante este tiempo. Como es normal, las mujeres que se encuentran en estado experimentan diversos cambios en su cuerpo durante esos nueve meses de gestación que, si no existe una salud oral adecuada y una revisión por parte de un especialista, puede traer consecuencias bastante negativas.
Por eso, será muy importante hacerse un chequeo antes del embarazo y, así, dependiendo del estado general de la boca se tomarán unas medidas u otras. De esta manera se podrá saber si se necesita un tratamiento específico o no. Además, habrá que ser muy consciente de lo que entraña una mala salud bucodental durante el embarazo. Esto podrá desarrollar un riesgo prematuro y de bajo peso del bebé al nacer, así como una mayor predisposición del niño a sufrir caries de forma temprana.
También, aumentará el riesgo de padecer preeclampsia, es decir, un incremento de la presión sanguínea de la madre en el embarazo que puede complicar la gestación de forma importante. Por tanto, lo más recomendable siempre será tener una boca sana a la hora de quedarse embarazada y, también, durante la gestación habrá que cuidar mucho la salud oral, ya que puede volverse más frágil. Pero, ¿cómo pueden afectar los cambios que se sufren en el embarazo a la boca?
Lo cierto es que los vómitos, que se suceden en los primeros meses, son un síntoma muy frecuente y es muy normal que las mujeres lo padezcan. Estos pueden erosionar el esmalte dental y, también, provocar caries, ya que aumentan el ambiente ácido y los patógenos de la boca. Sin embargo, esto suele darse cuando existe un cuadro bastante importante de náuseas y vómitos, por lo que no será del todo común, ya que solo suele afectar a un tres por ciento de las mujeres embarazadas.
También es cierto que, durante la gestación, las hormonas se alteran y, en el primer trimestre de gestación, la relaxina, que sirve para relajar las articulaciones y facilitar el parto también puede provocar diversos efectos adversos. De esta forma, tus encías podrán inflamarse y se puede producir una gingivitis del embarazo, que suele afectar a siete de cada diez embarazadas. De la misma forma, puede afectar a los ligamentos periodontales, provocando la movilidad excesiva de los dientes y facilitando la entrada de restos de alimentos por debajo de las encías.
Además, también podrá hacer que los dientes y las encías estén más sensibles. Así, las encías sangrarán con más facilidad y podrán llegar a doler. El culpable de todo esto será el cambio en las hormonas, pero también el aumento del flujo sanguíneo que se produce durante esos nueves meses de gestación. Otro aspecto que también podrá afectar a tu salud bucodental será que, cuando avanza el embarazo, la mujer tenderá a comer menos cantidad, pero más a menudo. Este factor aumentará el riesgo de caries y de gingivitis y, más, si después de cada comida no hay una correcta higiene dental.
Eso sí, durante los primeros meses serán los vómitos los que favorecerán la erosión dental y las caries, pero en el último trimestre, y durante la lactancia, los culpables serán las alteraciones en la composición de la saliva, que se volverá más ácida. Por tanto, como ya hemos comentado, será esencial cuidar la salud bucodental. Pero, ¿cómo se puede hacer?
Pues bien, lo primero que habrá que hacer será cepillarse bien los dientes después de cada comida y, también, utilizar hilo dental, así como enjuagarse con flúor. Los odontólogos apuntan que, como se van aumentando las comidas a lo largo del embarazo, habrá que intensificar el cepillado.
En el caso de que haya vómitos, la higiene dental también tendrá que ser bastante escrupulosa, ya que habrá que eliminar los ácidos del vómito.
Además, será totalmente recomendable disminuir el consumo de azúcares para poder reducir el riesgo de caries.
Eso sí, en el caso de que pienses que puedas tener cualquier complicación, lo mejor será que lo consultes con tu odontólogo, ya que sabrá perfectamente cómo tratar los problemas de la boca durante el embarazo.
Además, esta preocupación sobre el estado de la boca se tendrá que mantener, también, durante el postparto. Por eso, habrá que continuar manteniendo el nivel de higiene oral para evitar problemas como las caries y la gingivitis. También, tendrás que prestar cierta atención, ya que tu saliva contiene bacterias y, por eso, habrá que evitar contaminar cucharas, chupetes o biberones.