Durante el embarazo es complicado seguir con la rutina, sobre todo en el último trimestre, cuando el cuerpo está ya cansado y el momento del parto se va acercando. Por eso, las mujeres que se encuentran en esas últimas semanas de gestación buscan, principalmente, poder descansar bien durante toda la noche. Más que nada porque, con la llegada incipiente de un bebé a sus vidas, esos momentos de descanso se podrán reducir considerablemente. Por tanto, el cuerpo todavía tendrá unos días para acostumbrarse a esta nueva realidad.
Al principio del embarazo, será normal que te sientas más cansada y somnolienta. Así, puede ser que te quedes dormida en cualquier lugar, debido a que la hormona progesterona aumenta sus niveles durante esa etapa y se produce un efecto sedante en el cerebro. Sin embargo, cuando avanza la gestación y, sobre todo, a partir del tercer trimestre es muy probable que te cueste conciliar el sueño e, incluso, que sufras de insomnio.
También, jugará un papel muy importante la tripa, ya que puede ser que estés acostumbrada a dormir boca abajo o de lado, pero, según va aumentando el tamaño del bebé, esto se hará más complicado. Por tanto, sí que es cierto que existen distintas posturas que serán muy recomendables para dormir, mientras que habrá otras que no lo serán tanto. Como ya hemos comentado, esa complicación para dormir, durante los meses de gestación, suele aparecer en el tercer trimestre del embarazo.
Esto se debe a los distintos cambios físicos y hormonales que está sufriendo el cuerpo y nos podremos encontrar con distintos motivos. Por ejemplo, las mujeres embarazadas suelen tener más necesidad de ir al baño: los viajes al lavabo aumentarán de frecuencia y esto se deberá a que los riñones filtran un mayor volumen de sangre y, también, que la vejiga está cada vez más comprimida por el útero. También, el descanso se complicará por el aumento del ritmo cardiaco, la falta de aire, los calambres en las piernas, el dolor de espalda y la acidez y el estreñimiento.
Además, como ya hemos comentado, puede influir mucho la postura, ya que puede ser que no estuvieras del todo cómoda si estabas acostumbrada a dormir en otra posición. Por eso, los expertos recomiendan que se duerma de lado. También, durante ese periodo se pueden sufrir distintos episodios de estrés y ansiedad y lo más recomendable será siempre intentar saber por qué se producen esos pensamientos y asistir a distintas clases, como las de preparto, para estar preparados para el momento.
Pero, ¿cómo se puede descansar? Durante el embarazo, el cuerpo está realizando un gran esfuerzo y sufre una infinidad de cambios. Además, estará constantemente adaptándose a ellos, por lo que necesitará descansar para poder reponerse. Aunque pueda resultar difícil, sí que nos podemos encontrar con distintos hábitos que pueden llegar a adoptarse y que te ayudarán a descansar y a sentirte con más energía durante todo el día.
Será muy importante que escuches a tu cuerpo y, por eso, tendrás que descansar cuando este te lo pida. Es decir, no pasa nada si en un momento dado decides echarte una pequeña siesta, aunque eso sí, procura que esta no sea demasiado larga. Hay que tener en cuenta que, si duermes demasiado durante el día, por la noche será más complicado conciliar el sueño.
Durante el embarazo no habrá que descuidar la dieta y, por tanto, lo más recomendable será reducir el consumo de azúcar, las bebidas gaseosas y, sobre todo, la cafeína. También, habrá que optar por hacer desayunos y comidas más completas, merendar un poco y cenar algo ligero. Lo más recomendable será esperar un rato antes de irse a dormir, aunque será muy importante que no te acuestes con hambre.
Es básico que tu cuerpo esté bien hidratado en el día a día. Eso sí, deberás evitar beber en exceso en determinados momentos clave, como puede ser antes de ir a dormir. También, será muy importante que vayas al baño antes de acostarte. De esta manera evitarás ir al baño durante la noche y, por tanto, despertarte.
Durante el embarazo, no habrá que dejar de entrenarse. Por eso, será muy importante que realices ejercicio físico moderado durante los meses de gestación para, así, estar preparada para el momento del parto. Además, habrá que haber entrenado el suelo pélvico para que el parto sea más sencillo y la recuperación más rápida.
Una vez que cae la noche, lo más recomendable será que bajes la intensidad que has tenido durante el día. Por eso, lo mejor será probar una técnica de relajación, meditación o yoga. Además, será muy importante irse a dormir temprano, acostarse y despertarse siempre a la misma hora y usar un cojín de lactancia. Este complemento se convertirá en tu aliado fundamental en esos días.