Una de las preguntas que se hacen muchos padres tras el nacimiento de su bebé tiene como protagonista al chupete, y más concretamente: ¿Cuándo será el momento más adecuado de dárselo y si será recomendable hacerlo?
Puede ser que hayas oído infinidad de veces que este producto no es del todo apto para los bebés, ya que puede llegar a afectar a la distribución de los dientes y porque puedes crearles una sensación de dependencia. Aún con todo, lo cierto es que también será el encargado de calmarles cuando les duelen los dientes o cuando tienen sueño.
Uno de los mayores problemas llega cuando el niño ya es 'mayor' y ha llegado la hora de deshacerse de él. Desprenderse del chupete no será una tarea fácil y requerirá de mucho esfuerzo por parte tanto de los padres como de los niños.
Por tanto, si has decidido darles el chupete a tus hijos, lo mejor será que te informes bien para ello, ya que es importante tener claro cuándo es el momento ideal para ofrecérselo y cuándo debemos quitárselo. Además, si has decidido darle a tu bebé el pecho, lo mejor será que hables con un especialista, que probablemente te recomendará que esperes a que la lactancia esté completamente instaurada para poner un chupete en vuestras vidas. En Divinity, te contamos más sobre el uso del chupete y cuándo deberá empezar el pequeño con él.
En muchos hospitales, si la madre decide darle al pecho a su hijo, se indica que es aconsejable esperar un tiempo para ofrecer el chupete al bebé, ya que hasta que la lactancia esté establecida, el uso de este recurso puede causar confusión al pequeño y esta se podrá ver afectada.
Sin embargo, si no se le da el pecho y se opta por leche de fórmula, no existiría un momento más adecuado que otro para empezar con el chupete, ya que la forma de succionar la tetina será muy parecida a la succionar el chupete, por lo que no habría problema alguno.
El no ofrecer el chupete hasta que la lactancia esté instaurada se debe a que el bebé puede llegar a confundirse en la succión y que, más adelante, utilice técnicas que no sean adecuadas para mamar del pecho de su madre. El pezón será una zona blanda y flexible y, por tanto, si el bebé está acostumbrado a un pezón artificial y rígido, podrá ser que a la hora de mamar cause dolor a la madre.
Y más allá del dolor, puede que debido a esta forma de succión aparezcan las temidas grietas en el pezón, un contratiempo que pueden poner en peligro la lactancia. Para que el bebé pueda succionar de forma correcta del pecho de su madre deberá abrir bien la boca, porque no solamente tendrá que abarcar el pezón, sino, también, parte de la areola. Un movimiento que no tendrá nada que ver con el que se utiliza con el chupete.
De ahí que el chupete interfiera en la lactancia materna, ya que podría provocar que el bebé no supiera cogerse bien al pecho y, en consecuencia, al no succionar correctamente, que no llegue a alimentarse cómo debería. Además, si se acostumbra al chupete es probable que, al intentar succionar el pecho, se irrite y llore al no obtener alimento, lo que puede desembocar en que el niño quiera dejar de lado la lactancia materna.
Por tanto, si la madre quiere utilizar el chupete para que el pequeño se calme, lo mejor será que se lo dé cuando la lactancia materna esté ya totalmente establecida. Este momento se dará, aproximadamente al mes o mes y medio de su nacimiento, a partir de entonces no debería afectar de ninguna manera a este hábito.
Cabe destacar que existen bebés que nunca han utilizado un chupete, por lo que es evidente que este recurso no es imprescindible y se podrá vivir sin él. Si se ha decidido dar el chupete porque la madre tiene muchas grietas o porque no hay forma de calmarlo, será muy importante acompañar este momento con ciertos mimos y abrazos, ya que el bebé necesitará, sobre todo, mucho contacto físico. También, hay que tener claro que el chupete es un complemento, por lo que no será una buena opción abusar de él: puede acompañarle en su rutina, pero no de forma principal.
Como habrás visto, el chupete tendrá una infinidad tanto de ‘pros’ como de ‘contras’. Es cierto que calmará al bebé, le servirá de distracción temporal, ayudará a los pequeños a dormir y, también, los acompañará con sus molestias. Pero también, un uso precoz del chupete hará que se pueda interferir en la lactancia materna, que se produzca una dependencia, que se aumenten las posibilidades de una infección y que conlleve problemas dentales.