El sueño del bebé suele ser toda una incógnita para los padres. Habrá pequeños que, desde recién nacidos, cogerán muy bien el sueño, pero a otros les costará más. Así, es posible que si los progenitores estén preocupados por saber cuánto debe dormir un bebé, con cuánta frecuencia y en qué tramos.
Es importante saber que estos patrones de sueño irán variando según van creciendo y que será de gran ayuda convertir el momento de ir a la cama en un ritual para acostumbrar al bebé y que relacione el momento con el hecho de de dormir y descansar.
Para ello, podréis leerle unos cuentos, ir apagando la luz poco a poco o cantar canciones. De esta forma, el pequeño sabrá que es el momento de dormir y podrá conciliar mejor el sueño.
Lo primero que habrá que saber es que cuando un bebé nace, este no conoce la diferencia entre el día y la noche, por eso, necesitará dormir y alimentarse continuamente, de manera que no le importará mucho en qué momento del día se encuentra. De forma general, los recién nacidos suelen dormir entre 16 y 18 horas diarias y, normalmente, en periodos de dos a cuatro horas.
Por eso, será muy importante ir haciéndole saber la diferencia entre el día y la noche. Durante el día será muy importante que le habléis mientras le deis de comer, sin embargo, por la noche, será más recomendable estar en silencio o emplear un tono de voz más suave. Con el tiempo podrá comprender la diferencia y empezar a dormir periodos más largos durante la noche. Así, a partir de las tres semanas, aunque siga despertándose para comer, será muy probable que duerma en periodos ininterrumpidos más largos, quizá durante tres o cuatro horas.
Cuando el pequeño ya tiene dos meses es muy probable que ya comience a quedarse dormido por su cuenta, sin la necesidad de la ayuda de sus progenitores. Además, será en este momento cuando el patrón de sueño comience a regularizarse, aunque será demasiado pronto para que se establezca un horario, por lo que no habrá que intentar imponerlo. A estas edades, los bebés dormirán un poco menos cada día, en comparación con un recién nacido. Así, suelen dormir entre 15 y 16 horas. También, será normal que lloren un poco al despertarse.
A partir de los seis meses, sus patrones de sueño serán muy distintos y podrán verse afectados por distintos aspectos externos. De promedio, un niño de seis meses suele dormir, alrededor, de once horas cada noche y, además, se habrá habituado a dos siestas: una por la mañana y, otra, a primera hora de la tarde.
Los bebés de seis meses podrán dormir toda la noche, sin necesidad de alimentarse durante la madrugada. Sí que es cierto que también pueden comenzar a mostrar su carácter y puede ser que sea complicado que concilien el sueño. Lo recomendable será que acuestes a tu pequeño cuando todavía está despierto y se podrá quedar dormido en su propia cama.
Pero esta no es la única opción, habrá bebés que necesiten los brazos de sus padres para conciliar el sueño, así como algún juguete o incluso luz tenue o ruido blanco. Cada niño es un mundo y, en consecuencia, cada uno tendrá unas necesidades diferentes.
Los mayores problemas suelen llegar a partir de los doce meses. Será en ese momento en el que se podrán producir los trastornos del sueño. Aún así, será normal que el pequeño duerma alrededor de once o doce horas por la noche y es posible que se despierte varias veces por la noche. Normalmente, continuarán durmiendo dos siestas: por la mañana y por la tarde.