Cuando te quedas embarazada, una de las cosas que más ilusión hace es ver la carita al bebé. Y es que las ecografías aportan a los médicos una información esencial, pero también son una fuente de alegría para los padres, ya que, de esta manera, pueden ver al pequeño antes de su nacimiento. Eso sí, si estás pensando en hacerte una ecografía tridimensional será muy importante que tengas en cuenta todas las variantes, ya que te podrás encontrar con ecografías 4D o 5D, dependiendo de cuál sea tu deseo.
Una ecografía permitirá explorar el interior del cuerpo de la madre mediante ultrasonidos. La clásica, como es la 2D, presentará una imagen del feto en dos dimensiones, es decir, una imagen totalmente plana. De esta forma, en España, la Seguridad Social solamente contempla este tipo a lo largo del embarazo.
La primera de ellas se realiza alrededor de la semana 12 de embarazo por vía vaginal, con el propósito de descartar que el embarazo sea ectópico, de definir la edad gestacional del bebé y medir su frecuencia cardiaca, así como averiguar si se trata de un embarazo múltiple o de determinar si hay algún tipo de problema en los ovarios, en el cuello uterino, en el útero o en la placenta.
La segunda será una ecografía abdominal que se llevará a cabo en la semana 20 de embarazo y servirá para verificar el buen desarrollo del feto así como examinar sus movimientos, comprobar la cantidad de líquido amniótico y, también, identificar el sexo del bebé. La tercera ecografía 2D se realizará entre la semana 30 y la 34 de embarazo y se realizará para averiguar la posición del bebé en el útero, conocer el peso aproximado de la criatura antes de nacer y constatar que mantiene los niveles adecuados de líquido amniótico.
Como ya hemos comentado, las ecografías 2D permitirán ver una imagen plana, mientras que con la 4D podrás observar a tu bebé en movimiento. Además, se podrá grabar una secuencia del bebé en tiempo real y en tres dimensiones, dándole a la imagen un efecto mucho más real. Por su parte, las 5D son las más modernas del mercado y poseen un software que permite apreciar los rasgos fáciles del feto y sus movimientos con una nitidez especial. Además, proporcionan una tonalidad del color de la piel a la imagen ultrasónica, logrando visualizar al feto en alta definición y, también, con más textura.
La visualización será tan realista que podrás hacerte una idea de cómo será el bebé antes de nacer. Pero, ¿cuáles son las diferencias entre una ecografía 4D y 5D? Las primeras hacen que los médicos puedan realizar una evaluación minuciosa del bebé. Tendrán cierta limitación, ya que el cordón umbilical, los órganos internos y la grasa abdominal podrán impedir que el feto se aprecie en todo su esplendor. Este inconveniente se resuelve con las ecografías 5D, que tienen un sistema de procesamiento más potente, capaz de hacer desaparecer estos obstáculos.
Además, con las ecografías 5D se permite obtener una tonalidad más natural de la piel del bebé. Eso sí, el desembolso de dinero será mayor respecto al resto de las opciones. Por tanto, con una ecografía 4D se podrá grabar las imágenes en 3D con alta calidad y tendrán un precio más económico. Por su parte, con la 5D, la grabación de imágenes será de alta calidad, tendrá una mayor visibilidad que la 4D y, también, la tonalidad de la piel será más natural, lo que la hará más real.
Los contras de la 4D serán sus limitaciones de visibilidad, debido a los órganos, grasa, las sombras y el cordón umbilical. Y los inconvenientes de la eco 5D se centrará en que el precio es más elevado. El momento ideal para hacer una ecografía 4D o 5D será después de la semana 26 y antes de la 32. A esas alturas, el bebé ya casi se habrá desarrollado por completo. Además, si lo dejas para más adelante es muy probable que la posición del bebé y una menor proporción del líquido hagan que se dificulte su visualización y apreciación.