Uno de los momentos más esperados para las mujeres embarazadas es el del parto. Además, es un momento que crea mucha incertidumbre y miedo, ya que sabemos la importancia de que nuestro bebé venga al mundo. Por eso, hay un montón de dudas sobre dar a luz y sobre todo lo que esto conlleva que vamos a resolver. Una vez que ya hemos llegado al hospital, ya sea porque ha sido programado o hemos roto aguas, estamos de parto. En esa primera fase, se producirá una dilatación del cuello del útero en la mujer, que se podrá identificar en dos fases. La primera de ellas será el borramiento y, la siguiente, la dilatación propiamente dicha. Ante todo, tienes que saber que dar a luz es un proceso totalmente natural que se desarrolla y transcurre entre esas dos fases.
Lo que suceda en este periodo será lo que ayude a la mujer a concentrarse y estar perfecta para la hora del expulsivo. En las clases preparto será cuando se explique todo esto y donde se hablará sobre la dilatación del cuello de útero. Será muy importante que la mujer, antes de dar a luz, tenga muy claro a lo que se enfrenta y lo que tiene que hacer en cada momento. Así, se sentirá más relajada y podrá decir ‘adiós’ a los nervios.
Como ya hemos comentado, el periodo de dilatación consta de dos fases. El borramiento se produce cuando el cuello del útero comienza a acortarse antes del parto -entre unas 48 y 72 horas antes-. Además, tendrá que borrarse por completo hasta quedarse reducido al orificio externo. Así, se permitirá la salida del bebé. En ese momento, se podrá expulsar el tapón mucoso que ha protegido el feto durante el embarazo. Esta será visible con un pequeño manchado de flujo espeso.
Una vez borrado el cuello, solo quedará el orificio externo más o menos dilatado. Progresivamente, dicho orificio irá dilatándose más y más a una velocidad variable. Esta se calcula en una media de un centímetro o 1,2 centímetros. Se trata de la fase más larga del proceso y, a su vez, se divide en otras tres fases: la dilatación activa, pasiva y la transición.
La dilatación pasiva se produce cuando el cuello de la matriz se dilata de cero a tres centímetros. Podrás sentir unas contracciones más o menos intensas de entre 30 y 60 segundos de duración, con intervalos de cinco minutos y media hora.
Si no te ha ocurrido ya antes, en ese momento podrás perder el tapón mucoso. También, podrás notar dolor de espalda, náuseas y diarrea; algunas mujeres notan cierta quemazón en la zona del abdomen. El parto podrá durar horas, sobre todo en aquellas mujeres que estén viviendo su primer embarazo. El principal problema de esta fase será la ansiedad, por lo que lo mejor será estar entretenida hasta que las contracciones se vuelvan más seguidas.
En la fase de la dilatación activa, el cuello se dilata hasta unos siete centímetros. Las contracciones se harán más intensas y largas y podrán durar hasta 45 segundos, con un intervalo de uno o dos minutos. Además, sentirás una presión en la zona baja del abdomen, ya que el bebé estará ejerciendo cierta presión en el cuello del útero para salir. Este será el momento en el que decidas si quieres epidural; si dices que sí perderás toda sensibilidad al dolor. La angustia y el dolor desaparecerá, pero también puede que sientas que has perdido la capacidad de empujar. De media, la fase activa de dilatación suele durar entre tres y ocho horas. Durante esta fase, lo mejor es que la madre se concentre en lo que le viene e intente relajarse y calmar el dolor. En ese momento, la presencia de alguna persona de confianza será fundamental para intentar encontrar esa paz.
La última fase será la transición de la dilatación y será, a menudo, la más corta, pero la más difícil. El cuello del útero se dilatará unos tres centímetros más y las contracciones aumentarán en intensidad y dolor, produciéndose durante 90 segundos, por lo que dará la sensación de que nunca desaparecen. Esta fase durará entre quince minutos y tres horas y puede ser más corta si antes has tenido ya un parto vaginal.