El papel del hombre en el parto ha ganado una implicación que le beneficia tanto a él como a la mujer que está afrontando un momento tan importante de su vida. Lejos quedaron aquellos tiempos en los que el padre se quedaba en la sala de espera y alguien le ponía un bebé en brazos como por arte de magia.
El parto es, innegablemente, cosa de mujeres, pero también de los hombres que están dispuestos a desempeñar su papel de padres desde el principio. Descubre la importancia que tiene un buen acompañamiento en el parto y cómo puede el padre desempeñarlo de la mejor manera.
Un padre que acompaña bien durante el parto es un padre que ha tenido un papel activo durante el embarazo. Estar bien informado de todas las etapas por las que atraviesa la mujer, acudir a las revisiones médicas y participar de las decisiones que haya que tomar, es fundamental para comenzar a entablar el vínculo que le unirá al bebé para siempre.
Y entre todas las cosas que puede hacer, la más útil de cara al gran momento es asistir a las clases de preparación al parto. En ellas se produce el mayor acercamiento a lo que es un parto real, además de aprender cómo ayudar a la madre de diferentes maneras, desde el apoyo emocional al más práctico, como acompañar las respiraciones o saber cuáles son las fases del parto.
Un parto tiene diferentes maneras de comenzar: pueden desencadenarse las contracciones en casa, que la madre rompa aguas inesperadamente, o encontrarnos con un parto que se precipita sin que haya habido apenas aviso. En cualquiera de esos momentos, antes de llegar al hospital, podríamos decir que ha llegado el momento de la verdad.
Una vez en el hospital, el apoyo ha de centrarse en mostrar calma y comprensión ante las molestias y dolores que pueda sentir la mujer. Darle un masaje o proporcionarle algo que necesite es una forma efectiva de acompañar, además de estar atento a todas las indicaciones que los profesionales médicos den sobre la evolución del parto.
Si en algún momento el padre se siente perdido, es normal. Por lo tanto la mejor recomendación si esto ocurre es mantener la calma y confiar en que va a saber hacerlo bien en todo momento.
Las primeras horas y, sobre todo los primeros minutos, tras nacer el bebé son de una intensidad enorme, y el acompañamiento sigue siendo esencial. Puede que el padre tenga la suerte de ser él quien corte el cordón umbilical, y podrá atender a la madre que se sentirá tan feliz como agotada en esos momentos.
Cuando sea posible, y siempre después de la madre, el padre puede empezar a experimentar el piel con piel y ayuda a establecer vínculos desde su llegada al mundo. También puede atender a la madre para facilitar el inicio de la lactancia materna, y encargarse de los cambios de ropa y pañal en cualquier momento.
A pesar de que celebremos la entrada definitiva del padre en la sala de partos, lo cierto es que esto no significa que sea imprescindible. Se trata de un momento muy delicado, y dependiendo de muchos factores, es posible que la mujer prefiera no estar acompañada durante el parto, o que sean otras personas, como una hermana o su madre, las que estén con ella.
También es posible que el hombre no se sienta preparado por cualquier razón, y prefiera esperar fuera. En cualquier caso, una buena comunicación y la máxima comprensión son fundamentales para que el parto se produzca en las mejores condiciones, tanto para la madre como para el bebé.