Igual que en nuestra vida diaria, los dolores de cabeza también pueden aparecer cuando estamos embarazadas. A pesar de que pueden ocurrir en cualquier momento del periodo de gestación, lo más normal es que aparezcan en el primer y el tercer trimestre. Durante ese primer trimestre es cuando el cuerpo experimenta un aumento considerable de hormonas, al igual que de volumen sanguíneo. Estos dos cambios son los que pueden hacer que se produzcan esos dolores de cabeza. Además, se podrán ver agravados por una mala postura, por el estrés o por cualquier otro cambio en tu vida.
El dolor de cabeza también puede ser causado por la falta de sueño durante el embarazo, la baja presencia de azúcar en sangre, deshidratación, abstinencia de cafeína y estrés. Aquellas mujeres que presentan migrañas, pueden seguir sufriéndolas durante ese periodo de gestación o pueden incluso llegar a desaparecer o ser más leves.
Los dolores de cabeza durante el tercer trimestre se relacionan con la mala postura y la tensión de llevar un peso extra. También, podrán ser causados por una afección denominada preclampsia. Esta es una complicación en el embarazo que se caracteriza por una presión arterial alta y signos de daños en otro sistema de órganos, más frecuentemente el hígado y los riñones.
Otra de las razones por las que puedes sufrir de dolor de cabeza será al dejar de consumir cafeína de forma brusca tras recibir la noticia de que te has quedado embarazada. También, puede derivar en un estado de malestar generalizado y dolores de cabeza.
Lo mejor para no sufrir de dolor de cabeza será evitarlos. Para ello, podrás seguir distintos consejos. El principal será mantener una postura adecuada para no generar tensión en el cuerpo y dañar algunos músculos.
Para ello lo mejor será que descanses lo máximo posible y que te muestres relajada para no tensionar la parte de las cervicales. Aunque estés embarazada, y no solo para mantenerte en buena forma, será ideal que hagas algo de deporte. También, que comas sano y saludable y que te apliques, cuando empiecen los dolores de cabeza, frío o calor en la zona.
Respecto a los medicamentos a tomar deberás consultarlo con tu médico. Generalmente, está contraindicada la ingesta de ibuprofeno o cualquier otra aspirina durante el embarazo. Aún así, será el especialista quien tenga la última palabra y quien decida qué medicarte y qué no.
En casa, siempre podrás seguir una serie de recomendaciones para intentar paliar el dolor. Por ejemplo, si el dolor es sinusal, podrás aplicar una compresa caliente alrededor de los ojos y de la nariz. Si el dolor de cabeza es de la tensión lo mejor será aplicar una compresa fría o un poco de hielo en la base del cuello.
Será recomendable que mantengas un buen nivel de azúcar en sangre, haciendo comidas más pequeñas y frecuentes. Esto también ayudará a prevenir futuros dolores de cabeza. Otra opción será la de realizarse masajes en la zona de los hombros, espalda y cuello de manera eficaz para aliviar el dolor. Asimismo, también estará bien descansar en una habitación oscura y practicar la respiración profunda. Así como tomar un baño o una ducha de agua caliente para intentar calmar los dolores.
Podrás aplicar calor o frío a los lados de la cabeza, los ojos o a lo largo de la parte posterior del cuello. Las almohadillas y las compresas frías vendrán bien para refrescar la zona de la frente y reducir y aliviar el dolor asociado con el dolor de cabeza. También, para reducir la posibilidad de que aparezcan las migrañas, lo mejor será no consumir aquellos factores desencadenantes como el chocolate, el yogur, el queso curado, los cacahuetes y el pan con levadura fresca.
Como ya hemos comentado, los dolores de cabeza suelen formar parte del embarazo, aunque siempre hasta un punto determinado. Deberás acudir al médico antes de tomar cualquier medicación, si no se alivia después de haber intentado disminuir sus síntomas en casa y si los dolores de cabeza persisten o empeoran. También, deberás consultar a un especialista cuando los dolores de cabeza no entren dentro de lo normal y cuando vayan acompañados de visión borrosa, aumento de peso repentino, dolor del abdomen superior derecho y la hinchazón en la zona de las manos y la cara.